La colisión entre un helicóptero del Ejército de Estados Unidos y un avión de pasajeros que resultó en la muerte de 67 personas ha suscitado intensas críticas y cuestionamientos sobre la gestión del tráfico aéreo. El presidente Donald Trump ha afirmado que el accidente podría haberse evitado, poniendo en duda las acciones de los controladores aéreos en el momento del siniestro.
El incidente ocurrió el miércoles por la noche, cuando un helicóptero H-60 BlackHawk chocó con el vuelo 5342, que se encontraba en su aproximación final al Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington. Los equipos de rescate no han logrado recuperar sobrevivientes del helado río Potomac, que fluye junto al aeropuerto.
Reacciones del presidente Trump
Trump expresó su preocupación a través de su plataforma TruthSocial, señalando que las condiciones climáticas eran óptimas para volar. “Es una NOCHE CLARA, las luces del avión estaban encendidas, ¿por qué el helicóptero no subió o bajó, o giró?”, escribió el presidente. Además, cuestionó por qué la torre de control no dio instrucciones al equipo del helicóptero sobre cómo proceder.
“Esta es una mala situación que parece que debería haberse prevenido. ¡NO ES BUENO!”, añadió Trump, enfatizando la gravedad del incidente y sugiriendo que se requiere una revisión exhaustiva de los protocolos de seguridad aérea.
El accidente ocurrió a las 21:00 hora local, en un momento en que el aeropuerto reportaba cielos despejados, con una visibilidad de 16 kilómetros y vientos del noroeste. A pesar de que la temperatura era de 10 grados Celsius, algunas partes del río Potomac aún estaban congeladas debido a una ola de frío anterior.
El avión de pasajeros involucrado era un Bombardier CRJ700, operado por PSA, una filial de American Airlines. El vuelo, que procedía de Wichita, Kansas, transportaba a 60 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación. Entre los pasajeros se encontraban varios atletas, entrenadores y familiares que regresaban de los Campeonatos Nacionales de Patinaje Artístico de Estados Unidos en Wichita.
Cerca de 300 primeros respondedores fueron desplegados para buscar sobrevivientes entre los restos del accidente, pero hasta la mañana del jueves no se había encontrado a nadie con vida. Las operaciones se trasladaron rápidamente de rescate a recuperación.
