
El “nature journaling”, una actividad recreativa que consiste en utilizar palabras o dibujos para captar observaciones en entornos naturales, ha ganado popularidad durante y después de la pandemia de COVID-19. Un estudio reciente dirigido por investigadores del Departamento de Recreación, Parque y Gestión del Turismo de la Universidad Estatal de Pensilvania ha revelado que las motivaciones para participar en esta actividad varían significativamente entre adultos y jóvenes.
Beneficios para la comunidad y la conexión con la naturaleza
El equipo de investigación, liderado por la profesora asociada Lucy McClain y la estudiante de doctorado Amy Powell, encontró que los adultos valoran más los aspectos de camaradería y construcción comunitaria que ofrece el “nature journaling”, mientras que los jóvenes se sienten atraídos por las oportunidades de avistamiento de fauna. Esta investigación se ha publicado en el Journal of Adventure Education and Outdoor Learning.
Según McClain, muchos adultos que salieron de la pandemia enfrentaron una profunda sensación de aislamiento social. Actividades al aire libre como el “nature journaling” han demostrado ser beneficiosas tanto para el bienestar individual de las personas como para ayudarles a reconectar con su comunidad local.
El estudio, que abarcó un periodo de 12 meses y que incluyó la participación de 153 individuos, de los cuales 112 eran adultos con edades entre 23 y 75 años y 41 eran jóvenes de entre 6 y 13 años, se llevó a cabo en sesiones organizadas por el Centro Ambiental Shaver’s Creek en Pensilvania. Los participantes fueron encuestados sobre su bienestar y lo que aprendieron durante el programa.
McClain destacó que se observó una atmósfera muy centrada en la comunidad, especialmente entre los adultos, quienes disfrutaron de la experiencia no solo como una práctica meditativa, sino también como una oportunidad social. Los encuestados mencionaron su agrado por estar rodeados de personas con intereses similares y por formar parte de una comunidad.
Además, los adultos mostraron interés en aprender nuevas técnicas de “nature journaling” y sobre el mundo natural que les rodea. Los investigadores sugieren que esta práctica puede ser una herramienta educativa valiosa para la enseñanza ambiental.
El estudio también indica que, aunque se centró en los resultados del “nature journaling” durante los primeros momentos de la pandemia, estas conclusiones siguen siendo relevantes hoy en día. Las personas continúan buscando maneras de mejorar su bienestar a través de la conexión comunitaria y la atención plena en la naturaleza. Los programas futuros de “nature journaling” podrían adaptarse para satisfacer las necesidades de sus participantes.
Los jóvenes, al participar en las sesiones junto a familiares, vieron satisfechas sus necesidades de apoyo social y comunitario. Así, se sintieron más atraídos por la experiencia auténtica de interactuar con la naturaleza de manera cercana y directa.
Los investigadores también han notado indicios de que el “nature journaling” podría tener un efecto beneficioso en la salud mental, además de fomentar la construcción de comunidades y el compromiso con el entorno natural. McClain señala que esta actividad puede servir como un medio para aliviar el estrés y ayudar a las personas a afrontar el duelo, la ansiedad o la depresión. En definitiva, el “nature journaling” representa una oportunidad para desconectarse de las presiones cotidianas y prestar atención a los detalles del entorno, además de estimular la creatividad en la forma en que se capturan estas experiencias.