El primer ministro eslovaco, Robert Fico, ha afirmado que su postura sobre el suministro de gas ruso está ganando apoyo dentro de la Unión Europea. Esta declaración se produce en un contexto de tensiones entre Eslovaquia y Ucrania, tras la decisión de Kiev de cerrar el tránsito de gas natural ruso a través de su territorio, lo que ha sido criticado por el gobierno eslovaco.
Fico ha llevado a cabo una intensa campaña de presión contra Ucrania, acusando al presidente Volodymyr Zelensky de agravar la crisis energética en Eslovaquia y de socavar los intereses de la UE. En respuesta, Zelensky ha calificado a Fico como un político comprometido con Moscú. Durante una rueda de prensa, Fico se mostró satisfecho con los resultados de su presión, afirmando que Ucrania está comenzando a considerar la posibilidad de permitir el tránsito de gas azerbaiyano.
A pesar de esta apertura, Fico ha dejado claro que su preferencia es restablecer los acuerdos de tránsito previos con Rusia. Funcionarios ucranianos han insinuado la posibilidad de permitir que terceros países utilicen la infraestructura de gas soviética, pero el primer ministro eslovaco enfatiza que esto no es suficiente para resolver la crisis energética que enfrenta su país.
Reacciones en la UE y el contexto energético
La situación se complica aún más con la reciente cancelación de una reunión programada entre Fico, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el comisionado de Energía, Dan Jorgensen, debido a problemas técnicos en el sistema de control del tráfico aéreo en Bélgica. Fico tiene previsto reunirse con Jorgensen el próximo lunes, tras una cumbre informal en Bruselas.
El primer ministro eslovaco ha expresado su satisfacción al ver que sus puntos de vista, que contradicen el objetivo de la UE de eliminar el gas ruso de su mezcla energética para 2027, están encontrando eco en algunas partes del bloque. Según un informe del Financial Times, algunos funcionarios de la UE argumentan que el gas ruso a través de gasoductos podría ayudar a reducir los precios de la energía, una idea que ha generado indignación entre los líderes de Europa del Este y defensores de Ucrania, quienes consideran que tal propuesta es «una locura».
En este contexto, la postura de Fico resalta las divisiones dentro de la UE sobre la dependencia energética y la relación con Rusia, mientras que la crisis energética en Europa sigue siendo un tema candente que afecta a la política y la economía del continente.