India y China: entre la tensión fronteriza y la necesidad de cooperación económica

In Internacional
febrero 01, 2025

La región del Himalaya ha sido testigo de tensiones geopolíticas que han marcado la relación entre India y China, especialmente desde el incidente en el valle de Galwan en junio de 2020. Este enfrentamiento, que resultó en la muerte de 20 soldados indios y varios chinos, no solo reveló la fragilidad de la paz en la frontera, sino que también puso de manifiesto las complejidades de la política exterior india en un contexto global cada vez más polarizado.

El enfrentamiento en Galwan se produjo en un momento crítico, justo después de que ambos países impusieran estrictos confinamientos por la pandemia de Covid-19. A pesar de que los soldados de ambos lados patrullaban sin munición real, la situación escaló rápidamente, resultando en un choque mortal. Este evento sorprendió a la opinión pública india, que exigía una respuesta contundente del gobierno de Narendra Modi. La presión interna llevó a un cambio en la política india hacia China, que había estado en un camino de cooperación antes del incidente.

La evolución de las relaciones India-China

Las relaciones entre India y China habían mostrado signos de mejora antes del incidente. En 2018, Modi realizó una visita a China en un momento en que las tensiones eran palpables debido a la creciente influencia china en el océano Índico y el apoyo de Pekín a Pakistán. Sin embargo, la atmósfera de la reunión fue sorprendentemente cordial, dando lugar al concepto del “espíritu de Wuhan”, que simbolizaba un deseo de cooperación y entendimiento mutuo.

Sin embargo, el incidente de Galwan marcó un punto de inflexión. La respuesta de Modi fue endurecer la postura hacia China, limitando la inversión y la presencia de empresas chinas en el mercado indio. A pesar de esto, el comercio entre ambos países continuó creciendo, lo que demuestra la interdependencia económica que persiste a pesar de las tensiones políticas.

En el contexto actual, India se encuentra en una posición estratégica única. Mientras que Estados Unidos busca frenar el ascenso de China, Nueva Delhi ha adoptado una postura cautelosa. A pesar de la presión estadounidense para alinearse en contra de Pekín, India es consciente de que China no desaparecerá como vecino y que una confrontación abierta podría tener consecuencias desastrosas a largo plazo.

La reciente reunión entre el ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, y el asesor de Seguridad Nacional de India, Ajit Doval, ha dado lugar a un acuerdo para evitar futuros enfrentamientos en la frontera. Este desarrollo sugiere que, a pesar de las tensiones, ambas naciones están dispuestas a buscar un camino hacia la cooperación, aunque el regreso al “espíritu de Wuhan” aún parece lejano.

En este contexto, India ha intentado equilibrar sus relaciones con Estados Unidos y China. La política de “Duobus litigantibus tertius gaudet” —donde un tercero se beneficia de la disputa entre dos— ha permitido a Nueva Delhi navegar por las complejidades de la geopolítica actual. Sin embargo, la dependencia económica de China en sectores clave como la farmacéutica y la tecnología ha complicado esta estrategia.

A medida que India busca atraer inversiones para impulsar su economía, la necesidad de mantener relaciones constructivas con China se vuelve cada vez más evidente. Aunque las tensiones en la frontera persisten, la realidad económica podría obligar a India a reconsiderar su enfoque hacia Pekín, buscando un equilibrio que le permita beneficiarse de las oportunidades económicas sin comprometer su seguridad nacional.

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