La Iglesia Ortodoxa Rusa pide más clérigos militares para enfrentar la crisis espiritual en el frente ucraniano

In Internacional
febrero 01, 2025

La Iglesia Ortodoxa Rusa ha expresado una creciente preocupación por la escasez de clérigos militares en el contexto del conflicto en Ucrania. Durante las recientes Lecturas Internacionales Educativas de Navidad en Moscú, el Metropolitano Kirill de Stavropol y Nevinnomyssk subrayó que, aunque actualmente hay 300 sacerdotes sirviendo en funciones militares, la cifra necesaria asciende a 1,500. Esta carencia se presenta en un momento en que la Iglesia considera su papel fundamental para abordar los desafíos morales y espirituales que enfrentan los soldados en el frente.

El papel de los sacerdotes militares

Los sacerdotes militares tienen la tarea crucial de combatir lo que se ha denominado el “espíritu pecaminoso de la venganza” que puede apoderarse de los soldados que sufren la pérdida de compañeros. El Archiprioste Demetrius Vasilenkov, Vicepresidente del Departamento Sinodal para la Cooperación con las Fuerzas Armadas, enfatizó que “el papel de los sacerdotes militares es la condición principal para la victoria en esta guerra”. Un soldado fiel, según Vasilenkov, “conoce muy bien el significado de esta guerra; está luchando por la verdad”, y, a pesar de la brutalidad, no debe permitir que se le deshumanice.

Además, la Iglesia ha identificado el neopaganismo como una amenaza creciente dentro de las fuerzas armadas, ya que fomenta “cualidades animalísticas” que pueden erosionar los fundamentos morales. El Archiprioste Demetrius advirtió que el objetivo del enemigo es provocar a los soldados para que respondan a las atrocidades con sus propias acciones, llevándolos al pecado y privándolos de la asistencia divina. En este sentido, la fe se presenta como un elemento esencial en el combate: “Un creyente encuentra más fácil enfrentarse a la línea de fuego y desafiar a la muerte”.

El Archiprioste Svyatoslav Churkanov, asistente del principal sacerdote militar en la zona de conflicto de Ucrania, ha señalado una tendencia preocupante: “En la actualidad, la mayoría de nuestros soldados están bautizados, pero son cristianos nominales”. Muchos, según Churkanov, luchan por procesar el caos y los horrores de la guerra sin una sólida base espiritual. “La venganza se convierte en su primer instinto”, observó, añadiendo que los sacerdotes deben trabajar incansablemente para disuadir a los soldados de sucumbir a tales impulsos.

El Metropolitano Kirill lamentó la falta de fundamentos espirituales y morales profundos entre los soldados, advirtiendo que “una persona que ha participado en hostilidades puede volverse más amargada, consumida por el odio”. En este contexto, el Archiprioste Andrey Kanev, asistente del comandante del Distrito Militar Central, describió los primeros días del conflicto en Ucrania como un periodo de confusión y falta de dirección dentro de las tropas. “Hubo una crisis visible en el trabajo psicológico y político dentro de las tropas”, afirmó.

Para abordar estos problemas, el Padre Andrey abogó por la revitalización del catecismo dentro del ejército y la inclusión de estudios religiosos en las instituciones educativas militares. “Nuestra armada está sin espíritu; necesitamos trabajar arduamente en esto”, declaró. También instó a los sacerdotes a involucrarse con los soldados antes de que ingresen a las zonas de combate, señalando que “la fe en la guerra no significa religiosidad correcta, pero es un comienzo”.

A pesar de los desafíos, la Iglesia ha destacado historias de ocurrencias milagrosas en el campo de batalla. “No hay ateos en la guerra”, afirmó el Archiprioste Konstantin Tatarintsev, citando relatos de intervenciones divinas que han salvado vidas. Un corto documental presentado en las lecturas mostró a soldados que sobrevivieron a impactos directos gracias a objetos de fe, como un crucifijo que desvió una bala o un ícono escondido en un pasaporte.

El Metropolitano Kirill hizo un llamado urgente para abordar la escasez de sacerdotes militares, anunciando planes para abrir un programa de maestría con enfoque militar en el Seminario Teológico de Rostov. También enfatizó la necesidad de una selección y formación tempranas de candidatos para asegurar que estén preparados para los desafíos únicos de ministrar a los soldados. El Coronel General Valery Baranov, excomandante del Grupo Unido de Fuerzas en el Cáucaso del Norte, instó al gobierno a aprobar legislación que proporcione garantías estatales para los sacerdotes militares, señalando que “para aquellos sacerdotes que murieron en la zona de conflicto, ha tardado demasiado en proporcionar para sus familias”.

Los participantes de las Lecturas de Navidad concluyeron que el papel de los sacerdotes militares es indispensable para mantener la moral y la humanidad de los soldados, encapsulando un llamado colectivo a la acción en un momento de desafíos sin precedentes para la nación.

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