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El Telescopio James Webb revela el misterio de las galaxias quiescentes del universo primitivo

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febrero 04, 2025

Las galaxias son vastos sistemas astronómicos compuestos por miles de millones, e incluso trillones, de estrellas. Nuestro planeta y el sistema solar son solo una pequeña parte de la Vía Láctea, una de las innumerables galaxias que habitan el universo. Estas inmensas estructuras son los bloques fundamentales de la composición cósmica. Durante los primeros miles de millones de años de la historia del universo, se vivió una era dorada para la formación de galaxias, época en la que estas formaban nuevas estrellas a partir de sus reservas de gas.

No obstante, descubrimientos recientes han revelado que algunas galaxias dejaron de crecer ya hace aproximadamente 1.000 millones de años tras el Big Bang, lo que equivale a menos del 10% de la edad actual del universo. Estas «galaxias quietas» se han convertido en un enigma astronómico: ¿por qué dejaron de crecer tan pronto?

Descubrimientos del Telescopio Espacial James Webb

Utilizando datos del Telescopio Espacial James Webb, el profesor Wu Po-Feng de la Universidad Nacional de Taiwán ha descubierto el secreto detrás del rápido cese de crecimiento de estas galaxias tempranas: sus reservas de gas fueron expulsadas rápidamente por poderosas fuerzas generadas en su interior. Los hallazgos han sido publicados en The Astrophysical Journal.

Los investigadores identificaron una galaxia quiescente situada aproximadamente a 12.000 millones de años luz de distancia, utilizando datos espectroscópicos obtenidos por el Telescopio Espacial James Webb. La luz de esta galaxia se originó en una época en la que el universo apenas tenía 1.500 millones de años, alrededor del 10% de su edad actual.

El estudio reveló que la tasa de formación estelar se desplomó drásticamente en un corto período, y ahora la galaxia ha prácticamente dejado de crecer. Los datos también indican que el gas de la galaxia se expulsa a velocidades superiores a los 200 kilómetros por segundo, agotando así el material necesario para la formación de nuevas estrellas.

El telescopio espacial James Webb desvela los misterios de las galaxias quiescentes distantes: ¿Por qué dejan de crecer?
Un agujero negro supermasivo en el centro de la galaxia puede ser la fuente de energía que impulsa los flujos de gas. Crédito: Universidad Nacional de Taiwán

El estudio también sugiere la existencia de un agujero negro supermasivo en el centro de la galaxia. La inmensa energía liberada por este agujero negro podría estar impulsando el flujo de gas, dispersando así el combustible necesario para la formación de estrellas en el espacio. Esta galaxia proporciona evidencia crítica para comprender los mecanismos fundamentales detrás del rápido cese de la formación estelar en los primeros miles de millones de años del universo y establece una base empírica importante para el desarrollo de teorías sobre la evolución cósmica temprana.

Actualmente, esta galaxia es el ejemplo más lejano de una galaxia masiva quiescente que exhibe tales potentes flujos de gas. «Con la sensibilidad sin precedentes del Telescopio Espacial James Webb, no solo estamos vislumbrando el universo temprano», afirmó el profesor Wu, «sino que comenzamos a descifrar los procesos físicos detrás de su evolución».

El profesor Wu planea analizar más galaxias similares para determinar si los flujos de gas son un fenómeno generalizado, si el gas expulsado podría regresar para reactivar la formación estelar o si escapará de manera permanente, alterando el destino final de la galaxia. Estos estudios enriquecerán nuestra comprensión de cómo las galaxias se transforman con el tiempo, dando forma a las estructuras que reconocemos hoy.

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