Un estudio realizado en el Territorio de la Capital Australiana (ACT) ha puesto de manifiesto una actitud positiva hacia la reforma legislativa sobre el cultivo doméstico de cannabis, implementada en 2020. Este territorio, que alberga a la capital de Australia, Canberra, se distingue por ser la única jurisdicción que ha despenalizado el cultivo en casa, permitiendo a los ciudadanos tener hasta cuatro plantas y poseer hasta 50 gramos de cannabis seco.
La investigación, llevada a cabo por la Iniciativa Lambert para Terapias con Cannabinoides de la Universidad de Sídney, se basó en una encuesta a más de 300 cultivadores domésticos. El objetivo era conocer sus hábitos de cultivo y uso del cannabis, así como realizar un análisis químico de las muestras proporcionadas por los participantes. Los resultados fueron publicados en la revista Scientific Reports.
Resultados del Estudio
Los principales motivos para el cultivo de cannabis en el ACT fueron la necesidad de un suministro propio para usos no medicinales (70%) y medicinales (61%), así como el disfrute del proceso de cultivo (65%). Casi la mitad de los encuestados mencionaron que cultivaban cannabis para evitar la interacción con redes criminales. A pesar de que el consumo de cannabis entre los participantes era moderado, con un promedio de un gramo diario, la mayoría del cannabis cultivado presentaba una baja potencia, con un promedio del 9% de THC, el principal compuesto psicoactivo.
El profesor Iain McGregor, líder del proyecto, destacó los aspectos positivos de la reforma legislativa. Según él, el ACT ha liderado la reforma de políticas de drogas en Australia, demostrando que es posible permitir a los adultos cultivar cannabis para fines médicos y recreativos sin consecuencias adversas evidentes. “Los cultivadores se alejan de redes ilegales, disfrutan del cultivo y producen cannabis de calidad a un precio asequible”, afirmó McGregor. Además, no se observó un aumento en el consumo de cannabis, en las presentaciones de emergencia ni en los delitos de tráfico relacionados.
No obstante, el estudio también identificó ciertos problemas en la legislación actual. La doctora Cilla Zhou, autora principal de la investigación, señaló que existe una discrepancia entre la cantidad de plantas que una persona puede cultivar (dos por individuo, hasta cuatro por hogar) y la cantidad de cannabis que se puede poseer (50 gramos de cannabis seco o 150 gramos de materia vegetal fresca). Más del 75% de los encuestados coincidieron en que la cantidad legal de plantas podría producir cantidades ilegales de cannabis.
La medición del rendimiento de las plantas reveló que los cultivadores obtienen una media de 85 gramos de materia seca y 285 gramos de materia fresca por planta. Por lo tanto, la legislación actual no especifica cómo los cultivadores deben limitar su cosecha cuando el número legal de plantas da lugar a cantidades ilegales de cannabis. La refinación de esta legislación, aprobada en 2020, podría prevenir actividades ilegales involuntarias.
Otro aspecto problemático identificado por los cultivadores es la imposibilidad de iniciar el cultivo legalmente, dado que la compra y suministro de semillas y esquejes sigue siendo ilegal. Además, muchos cultivadores desconocían que el cultivo interior con hidroponía era ilegal. El cultivo de cannabis se presenta como un desafío, con más del 70% de los encuestados reportando problemas como deficiencias de nutrientes, frío y plagas como los ácaros.
Chris Gough, director ejecutivo de la Alianza de Canberra para la Minimización de Daños y la Defensa, concluyó que esta evidencia respalda la idea de permitir a los adultos cultivar cannabis para uso personal. “Esto ofrece una vía para que los adultos que usan cannabis eviten la criminalización y el riesgo de mercados no regulados, sin que se incremente el uso o la venta del cannabis”, afirmó Gough.
