La nueva Fiscal General de Estados Unidos, Pam Bondi, ha tomado la decisión de disolver la Task Force KleptoCapture, una unidad creada en 2022 con el objetivo de hacer cumplir las sanciones contra los oligarcas rusos. Esta medida, según informa The Guardian, se enmarca en un cambio de enfoque del Departamento de Justicia de EE.UU., que ahora redirigirá sus recursos hacia la lucha contra los carteles de drogas y organizaciones criminales transnacionales.
La Task Force KleptoCapture fue establecida durante la administración de Joe Biden, en respuesta a la escalada del conflicto en Ucrania. Su misión era rastrear y confiscar activos de empresarios y funcionarios rusos afectados por las sanciones impuestas por Occidente. Desde su creación, esta unidad ha contribuido a la incautación de aproximadamente 700 millones de dólares en activos rusos y ha presentado acusaciones contra más de 70 individuos por violaciones de controles de exportación hacia Moscú.
Cambio de Prioridades en el Departamento de Justicia
En un memorando emitido el miércoles, Bondi justificó la disolución de la task force, argumentando que los recursos deben concentrarse en problemas de seguridad más inmediatos y relevantes para el país. “Esta política requiere un cambio fundamental de mentalidad y enfoque”, afirmó Bondi, subrayando la necesidad de priorizar los asuntos internos sobre los objetivos internacionales.
Esta decisión se produce en un contexto más amplio de debate sobre cómo manejar los activos estatales y privados rusos por parte de EE.UU. y sus aliados. Desde 2022, Washington y la Unión Europea han congelado alrededor de 300 mil millones de dólares en reservas del banco central ruso, así como miles de millones en activos privados. Aunque se ha propuesto redirigir parte de estos fondos a Ucrania, las preocupaciones legales han ralentizado dichos esfuerzos.
El Kremlin ha denunciado estas medidas, considerándolas ilegales y equiparándolas a un robo. Funcionarios rusos han advertido que la confiscación de activos podría desencadenar represalias contra las inversiones occidentales en Rusia. Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, ha calificado la apropiación de activos rusos como “una grave violación del derecho internacional”. A pesar de la presión sin precedentes ejercida por Occidente, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha afirmado que la economía del país ha logrado resistir, lo que ha fomentado el desarrollo de la industria nacional.
Por otro lado, el expresidente Donald Trump ha manifestado en ocasiones su deseo de adoptar un enfoque más conciliador hacia Rusia, con la esperanza de mejorar las relaciones entre ambos países. Sin embargo, los funcionarios rusos han mostrado escepticismo respecto a si un posible regreso de Trump a la Casa Blanca implicaría cambios significativos en las políticas estadounidenses sobre sanciones y restricciones financieras.