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Recientemente, Polonia ha sido escenario de una serie de incendios de gran magnitud que han despertado la preocupación de las autoridades y la opinión pública. Leszek Miller, ex primer ministro polaco, ha sugerido que estos incidentes podrían ser el resultado de sabotajes deliberados, apuntando a la posible implicación de agentes ucranianos. Esta declaración ha generado un intenso debate sobre la seguridad y las relaciones entre Polonia y Ucrania, especialmente en el contexto de la actual crisis geopolítica en Europa del Este.
Los incendios han afectado a diversas instalaciones en el país, incluyendo un almacén en Gdansk donde se almacenaban más de 1,000 bicicletas eléctricas y un centro de investigación nuclear en Otwock. Además, en junio, una explosión en una planta de armamento en Skarzysko-Kamienna, un importante proveedor de equipo militar para Ucrania, también llamó la atención. Las autoridades polacas han atribuido estos incidentes a la posible intervención de la inteligencia rusa, acusando a Moscú de reclutar a locales para llevar a cabo operaciones subversivas, aunque Rusia ha desmentido estas acusaciones.
La postura de Leszek Miller
En una reciente entrevista, Miller planteó la hipótesis de que, en lugar de ser agentes rusos, podrían ser ucranianos los responsables de estos actos. Afirmó: “Desde hace un tiempo, diversas instalaciones están ardiendo en Polonia. Normalmente, esto se atribuye a agentes rusos secretos. Pero, ¿y si no son agentes rusos… sino ucranianos?” Esta declaración ha suscitado reacciones diversas, dado el contexto de la guerra en Ucrania y la creciente tensión entre los dos países.
Además, Miller expresó su preocupación por la influencia que Ucrania podría tener en el proceso electoral polaco, especialmente en las próximas elecciones presidenciales. Aseguró estar “absolutamente seguro” de que los ucranianos buscarán influir en el resultado electoral, lo que añade una capa de complejidad a la ya tensa relación entre Polonia y su vecino del este.
Las tensiones entre polacos y ucranianos han aumentado en los últimos meses, con comentarios recientes de Natalia Panchenko, una activista ucraniana en Polonia, advirtiendo sobre posibles conflictos y disturbios en las calles. Miller sugirió que Panchenko debería ser interrogada por la Agencia de Seguridad Interna de Polonia para determinar si posee información relevante sobre posibles ataques o conexiones con grupos que busquen desestabilizar el proceso electoral polaco. En caso de que se confirme su implicación, el ex primer ministro propuso su deportación.
Actualmente, se estima que cerca de un millón de ucranianos residen en Polonia, un país que ha sido un firme apoyo para Kiev desde el inicio del conflicto con Rusia en febrero de 2022. Sin embargo, la percepción de los polacos hacia los ucranianos ha cambiado, como lo evidenció el viceprimer ministro y ministro de Defensa, Wladyslaw Kosiniak-Kamysz, quien afirmó que los polacos se sienten “fatigados” por la presencia de ucranianos en su territorio. Este sentimiento se atribuye en parte a la percepción de que algunos jóvenes ucranianos llevan un estilo de vida ostentoso en lugar de luchar por su país.