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La reciente presentación de dos nuevos cazas de sexta generación por parte de China ha generado un importante revuelo en la región del subcontinente indio. En particular, la decisión de Pakistán de adquirir 40 cazas furtivos J-35 de fabricación china ha puesto a Nueva Delhi en una encrucijada estratégica. Este movimiento marca un hito, ya que es la primera vez que China exporta cazas de quinta generación a un aliado extranjero, lo que podría alterar significativamente el equilibrio de poder aéreo en la región para 2029.
En este contexto, India ha avanzado en su propio programa de cazas de quinta generación, el Advanced Medium Combat Aircraft (AMCA), que recibió la aprobación del Comité de Seguridad del Gabinete en marzo de 2024. Sin embargo, se estima que el desarrollo completo podría llevar más tiempo del previsto, lo que ha suscitado un intenso debate en Nueva Delhi sobre las opciones inmediatas ante las amenazas de sus vecinos.
Desarrollo de capacidades aéreas en India
La próxima semana, el caza furtivo ruso Sukhoi Su-57 ‘Felon’ hará su debut en la feria de defensa Aero India 2025 en Bangalore, tras haber sido presentado internacionalmente en el salón aéreo de Zhuhai, China. Este interés por parte de India en cazas avanzados se ha intensificado, especialmente después de que Estados Unidos presentara el F-35A en Aero India 2023.
Los cazas de quinta generación, como el F-22 Raptor de Lockheed Martin y el F-35 Lightning II, están diseñados para operar en un entorno de combate centrado en redes, con características avanzadas que incluyen firmas de radar muy bajas y capacidades de guerra electrónica. Estos aviones son capaces de realizar misiones de superioridad aérea y ataque a tierra, integrando sistemas de navegación y comunicación avanzados.
En comparación, el Su-57, que se deriva de un proyecto conjunto entre India y Rusia, ha enfrentado retrasos en su desarrollo. A pesar de esto, se considera un caza altamente maniobrable, con capacidades avanzadas de combate aire-aire y ataque a tierra. Hasta la fecha, se han producido aproximadamente 42 unidades, y se espera que la producción aumente en los próximos años, lo que podría convertirlo en una opción viable para India.
El costo de adquisición del Su-57 es significativamente más bajo que el de sus competidores, con un precio estimado de alrededor de 35 millones de dólares por unidad, lo que lo hace atractivo en un contexto de creciente presión económica y necesidad de modernización de la flota aérea india.
En cuanto al AMCA, su desarrollo se llevará a cabo en dos fases, con el objetivo de que el primer prototipo esté listo para 2027 y las pruebas de vuelo comiencen en 2029. Este programa es crucial para que India logre una mayor independencia en su capacidad de defensa, alineándose con la política de ‘Atmanirbharta’ (indigenización) del gobierno indio.
Sin embargo, la creciente capacidad aérea de China, que planea producir hasta 1,500 cazas J-20 para 2035, plantea un desafío significativo para India. La posibilidad de que Pakistán pueda contar con cazas de quinta generación antes que India añade presión a la situación. En este sentido, se ha planteado la necesidad de que India considere la adquisición de cazas de quinta generación en el corto plazo, aunque las opciones son limitadas.
La relación de India con Estados Unidos se ha visto complicada por la negativa de Washington a vender el F-35, especialmente tras la adquisición por parte de Turquía del sistema de defensa ruso S-400, que podría comprometer la seguridad del caza estadounidense. Por otro lado, la opción de adquirir más cazas Su-57 se ve afectada por la situación actual en Ucrania y las sanciones occidentales que complican las transacciones financieras con Rusia.
En este contexto, es esencial que India mantenga un enfoque equilibrado en su estrategia de defensa, priorizando tanto la indigenización como la adquisición de capacidades aéreas avanzadas para hacer frente a las amenazas regionales. La colaboración con socios estratégicos como Rusia y Francia podría ser clave para lograr estos objetivos, siempre que se establezcan acuerdos justos y beneficiosos para ambas partes.