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La semana pasada se han presentado hallazgos científicos de gran relevancia, abriendo nuevas perspectivas en el ámbito de la investigación. Entre las noticias destacadas se encuentra un análisis que revela patrones en el canto de las ballenas, sugiriendo similitudes con la estructura del lenguaje humano, así como avances en la comprensión de la teoría del vacío falso en el universo, un concepto que ha intrigado a los físicos desde hace décadas.
Las ballenas y el lenguaje humano
Investigadores de un grupo internacional han desafiado la noción de que los humanos son los únicos capaces de un lenguaje hablado. A través del análisis de grabaciones de canciones de ballenas jorobadas en Nueva Caledonia, se ha observado un patrón que se manifiesta en todas las lenguas humanas, conocido como la ley de Zipf. Esta ley establece que la palabra más frecuentemente utilizada en un lenguaje aparece con el doble de frecuencia que la segunda más común, y así sucesivamente.
Los científicos, con formación en lingüística y psicología del desarrollo, aplicaron técnicas derivadas del estudio de la adquisición del lenguaje en infantes humanos. Sorprendentemente, tras ocho años de grabaciones, lograron identificar este patrón en el canto de las ballenas. Sin embargo, es importante destacar que, a pesar de este descubrimiento, aún no se ha logrado establecer un canal de comunicación con estos mamíferos marinos, ya que los investigadores no comprenden el significado de los fonemas en el canto de las ballenas. El siguiente paso será aplicar este enfoque al canto de las aves.
Este avance en la investigación no solo resalta la complejidad del comportamiento comunicativo de las ballenas, sino que también invita a reflexionar sobre la riqueza cultural de estas especies, que poseen, al igual que los seres humanos, culturas distintas y formas de comunicación sofisticadas.
Teoría del vacío falso: un universo inquietante
Desde 1980, los físicos Sidney Coleman y Frank De Luccia han explorado la teoría del vacío falso, que postula que el universo podría no estar en su estado más bajo de energía, sino en un estado de metastabilidad. Este concepto sugiere que el universo podría estar en un vacío falso, lo que implica una inestabilidad que podría desencadenar un colapso a un estado de vacío verdadero, con consecuencias catastróficas para la vida tal como la conocemos.
Recientemente, un equipo internacional de físicos ha utilizado un simulador cuántico de 5,565 qubits para imitar el comportamiento de burbujas en un vacío falso, ampliando nuestra comprensión sobre la dinámica de estas burbujas. Estos expertos comparan el comportamiento de un universo en vacío falso con una montaña rusa, donde la posibilidad de descensos a estados de energía más bajos es constante, antes de alcanzar un estado final de vacío verdadero y, potencialmente, sin vida.
Estos descubrimientos, aunque no contribuyen al tono sombrío de los estudios anteriores, sí añaden una capa extra de complejidad a nuestra comprensión del universo. La posibilidad de vivir en un vacío falso sigue siendo motivo de inquietud, recordándonos la fragilidad de nuestra existencia en un cosmos que, aunque fascinante, puede ser también profundamente desolador.