En los últimos tiempos, el panorama financiero ha sido objeto de análisis por parte de diversos expertos, quienes señalan que la administración de Donald Trump podría generar vientos favorables tanto para grandes bancos como para acciones de pequeñas empresas en Estados Unidos. Un informe reciente destaca que, en el caso de las entidades financieras, se anticipa un proceso de desregulación que podría impulsarlas a lo largo de varios años.
El auge de los grandes bancos
Según John Davi, fundador y CEO de Astoria Portfolio Advisors, las entidades bancarias estaban mostrando un atractivo fundamental en términos de ganancias incluso antes de la llegada de Trump al poder. Davi enfatiza que los grandes bancos como Goldman Sachs, JPMorgan y Bank of America se encuentran en una posición privilegiada para beneficiarse de las políticas de la nueva administración. La reciente subida de acciones de estos bancos, que alcanzaron máximos históricos, parece validar esta perspectiva optimista.
El ETF Invesco KBW Bank, que incluye en su cartera a estas instituciones, ha mostrado un crecimiento notable, con un aumento del 10% desde el inicio del año y más del 49% en el último año. Este rendimiento resalta el potencial que los grandes bancos tienen en el contexto económico actual.
Las pequeñas empresas y la reconfiguración del mercado
Por otro lado, el analista Todd Rosenbluth de VettaFi sostiene que las acciones de pequeñas empresas también están en una excelente posición para brillar en el nuevo entorno económico. Según él, estas empresas, al estar menos expuestas a mercados internacionales, podrían adaptarse más rápidamente a las amenazas de reubicación y aranceles que podrían surgir.
Rosenbluth menciona ETFs como el T. Rowe Price Small-Mid Cap y el Neuberger Berman Small-Mid Cap como opciones favorables para los inversores que busquen capitalizar el crecimiento de las pequeñas empresas. Además, destaca el VictoryShares Small Cap Free Cash Flow ETF, que se enfoca en compañías con una sólida generación de flujo de efectivo y un potencial de crecimiento favorable, lo que podría ofrecer a los inversores una vía atractiva en este segmento del mercado.
En un contexto donde se prioriza la fortaleza interna de la economía estadounidense, la adaptación de estas pequeñas empresas a las condiciones del mercado podría ser un factor determinante para su éxito a largo plazo. De este modo, tanto las grandes entidades financieras como las pequeñas empresas parecen estar en una encrucijada que podría definir el rumbo de la economía estadounidense en los próximos años.