La NASA ha iniciado un emocionante capítulo en la exploración lunar con el envío de tres pequeños rovers, que forman parte del proyecto CADRE (Exploración Robótica Distribuida y Autónoma Cooperativa). Estos robots han sido empaquetados y enviados desde el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) en California, marcando así el primer paso de su travesía hacia la Luna. Este proyecto tiene como objetivo demostrar que un grupo de robots puede colaborar de manera autónoma y recopilar datos sin necesidad de comandos directos desde la Tierra.
Los rovers están equipados con cámaras y radares de penetración terrestre, lo que les permitirá enviar imágenes del superficie y subsuelo lunar. Gracias a un software innovador, estos vehículos serán capaces de trabajar juntos de manera autónoma, lo que podría revolucionar la forma en que se llevan a cabo futuras misiones espaciales.
Detalles de la misión y el impacto futuro
Los rovers serán lanzados a la Luna a bordo de la misión IM-3, el tercer envío lunar de la empresa Intuitive Machines, cuya ventana de lanzamiento se extiende hasta principios de 2026, como parte de la iniciativa de Servicios de Carga Útil Lunar Comercial (CLPS) de la NASA. Una vez que estén instalados en el módulo de aterrizaje Nova-C de Intuitive Machines, se dirigirán a la región de Reiner Gamma en el lado cercano de la Luna. Durante un día lunar, que equivale a aproximadamente 14 días en la Tierra, estos rovers, del tamaño de una maleta y alimentados por energía solar, llevarán a cabo experimentos científicos.
El éxito de la misión CADRE podría abrir la puerta a futuras expediciones en las que equipos de robots autónomos apoyen a astronautas y realicen mediciones científicas simultáneas y distribuidas en la superficie lunar.
La construcción del hardware de CADRE, junto con una serie de pruebas rigurosas para asegurar su preparación para el viaje espacial, se completó en febrero de 2024. Para su envío a las instalaciones de Intuitive Machines en Houston, cada rover fue acoplado a su sistema de despliegue, que permitirá que cada uno sea descendido mediante un cable desde el módulo de aterrizaje hasta la superficie lunar. Los ingenieros aseguraron cada par rover-despliegue a una placa de aluminio para su transporte seguro, sellándolos luego en contenedores de metal antes de ser enviados en camión, llegando exitosamente a su destino el 9 de febrero.
El equipo de JPL ha mostrado un gran compromiso y entusiasmo durante el proceso de construcción de estos rovers. Coleman Richdale, líder de operaciones de ensamblaje, prueba y lanzamiento, expresó su alegría por el avance de la misión: «Nuestro pequeño equipo ha trabajado increíblemente duro construyendo estos robots y poniéndolos a prueba, y hemos estado esperando ansiosamente el momento en que finalmente los veamos en camino».
Una vez integrados con el módulo de aterrizaje, los rovers, junto con una estación base y un sistema de cámaras, se prepararán para la misión IM-3, que promete ser un paso significativo en la exploración del espacio exterior.
