La calidad del aire es un tema que afecta a la gran mayoría de la población mundial. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca del 99% de la población global se expone a niveles de contaminación que no cumplen con los estándares establecidos por esta entidad. Esta situación tiene graves repercusiones para la salud pública, ya que se estima que 7 millones de personas mueren prematuramente cada año a causa de la contaminación del aire.
Las ciudades más afectadas suelen situarse en Asia, donde metrópolis como Nueva Delhi, Dhaka, Bangkok y Yakarta enfrentan niveles críticos de smog. Sin embargo, la contaminación no siempre es visible, lo que puede llevar a una falsa sensación de seguridad. Según Tanushree Ganguly, del Instituto de Políticas Energéticas de Chicago en India, “un cielo azul no garantiza aire limpio”.
Fuentes y efectos de la contaminación del aire
Entre los contaminantes más peligrosos se encuentran las partículas finas, conocidas como material particulado (PM), que se clasifican en PM 2.5 y PM 10. Las PM 2.5 son las más diminutas, con un diámetro menor de 2.5 micrones, y pueden penetrar profundamente en los pulmones. Estas partículas se generan principalmente por la combustión de combustibles fósiles, mientras que las PM 10 suelen asociarse a actividades agrícolas, el tráfico y el polvo erosionado por el viento.
Los contaminantes también incluyen gases como el dióxido de nitrógeno y el dióxido de azufre, que provienen de la quema de combustibles. La intensidad y las fuentes de la contaminación varían según la ciudad y la época del año. Por ejemplo, en Yakarta, los viejos motocicletas y calderas industriales son responsables de la mala calidad del aire, mientras que en Dhaka, los hornos de ladrillos que queman carbón son una de las principales fuentes de contaminación.
Las consecuencias para la salud son alarmantes. La contaminación del aire es el segundo mayor factor de riesgo para la muerte prematura a nivel global, solo superado por la hipertensión. La exposición a corto plazo puede desencadenar ataques de asma y aumentar el riesgo de infartos, especialmente en poblaciones vulnerables. A largo plazo, la contaminación está relacionada con enfermedades cardíacas, enfermedades pulmonares obstructivas crónicas e infecciones pulmonares.
Un informe reciente de UNICEF revela que más de 500 millones de niños en Asia Oriental y el Pacífico respiran aire insalubre, lo que se traduce en la muerte de 100 niños menores de cinco años cada día debido a problemas relacionados con la contaminación. June Kunugi, directora regional de UNICEF para Asia Oriental, destaca que el aire contaminado compromete el crecimiento, daña los pulmones y afecta las capacidades cognitivas de los menores.
Para mitigar los riesgos asociados a la contaminación del aire, es crucial que la población esté informada sobre los niveles de calidad del aire en sus localidades. Más de 6,000 ciudades en 117 países monitorean la calidad del aire, y muchas aplicaciones meteorológicas incluyen esta información. Sin embargo, la interpretación de los índices de calidad del aire puede ser confusa, ya que cada país establece sus propios estándares. Por ejemplo, el límite diario de PM 2.5 en India es más de 1.5 veces superior al de Tailandia y cuatro veces mayor que el de la OMS, lo que complica la comparación entre índices de diferentes países.
En cuanto a las medidas personales que se pueden tomar para protegerse, se recomienda limitar la exposición durante los días de mala calidad del aire, permaneciendo en interiores o utilizando mascarillas. Sin embargo, esto no siempre es viable, especialmente para aquellos que deben trabajar al aire libre. Los purificadores de aire pueden ayudar a reducir la contaminación en interiores, aunque su efectividad depende del tamaño de la habitación y son inaccesibles para muchas personas en países en desarrollo.
