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La revolución de Hong Kong y las clases de democracia

In Opinión
octubre 03, 2014

Hace ya varios días que decenas de miles de personas se concentran en Hong Kong en lo que ya se ha bautizado como la revolución de los paraguas.

Esta masiva protesta surgió debido a la negativa de China a que los candidatos para liderar Hong Kong en 2017 fuesen nominados de manera democrática y no por un comité formado por 1200 partidarios del gobierno chino como se hace en la actualidad.

Esta negativa ha sido entendida como una traición a las promesas de China de dar mayor democracia a esta zona. Hong Kong es una región administrativa singular. Fue una colonia del Reino Unido hasta 1997 y, al pasar a China, ésta permitió a la región una mayor autonomía. De ahí vienen las protestas según los medios occidentales, de la sensación de muchos de que esa autonomía y democracia prometidas no son suficientes. Pero, ¿quién compone esta multitudinaria protesta? Lo que cuentan los medios es que hay sobretodo estudiantes y activistas hartos de la falta de democracia. Destaca un movimiento llamado Occupy Central, que amenazaba con ocupar el centro financiero. Poco más sabemos. Ante esta escasa información, no son pocos los que ya hablan de una revolución del pueblo para derrocar al régimen antidemocrático chino. Un análisis, a mi gusto, demasiado simple (aunque pueda ser cierto en parte).

Antes de nada, decir que efectivamente China carece de democracia y que la clase trabajadora ha de levantarse contra la oligarquía capitalista que la tiene sometida y explotada. A partir de aquí, he de confesar que esta revolución me huele a la plaza Maidán de Ucrania, donde los medios de (des)información nos decían que era el pueblo harto de la falta de democracia quien estaba llevando a cabo las protestas (lo que era cierto los primeros días de protestas), ocultando la injerencia de EEUU y la UE con el objetivo de desestabilizar Ucrania (aliado ruso), poner como presidente a un títere pro UE para abrir mercados y obtener recursos y acorralar un poco más a Rusia, por no hablar de los sectores nazis financiados por occidente que terminaron capitaneando las protestas y la guerra civil desatada en el este del país. También quiero poner el ejemplo de las últimas protestas que sacudieron Venezuela hace unos meses. Los medios burgueses nos explicaban, escandalizados, que eran simples estudiantes que protestaban contra el régimen dictatorial de Maduro, cuando gran parte de esos estudiantes realmente eran opositores al gobierno entrenados por EEUU que cobraban por generar altercados y alguno incluso tenía contactos con bandas neonazis colombianas. ¿Puede estar esto ocurriendo en Hong Kong? Yo creo que sí. De hecho, hay alguna información que dice que en las protestas hay fuerzas progresistas pero también representantes de la burguesía de EEUU y el Reino Unido así como burgueses chinos pro EEUU y Reino Unido

Otras informaciones hablan de que el movimiento Occupy Central ha tenido contactos con cargos de la inteligencia estadounidense. Cuando hay una protesta, es importante tener en cuenta dos cosas: 1) No ha de ser necesariamente buena (depende de quién la haga o quién esté detrás). 2) Toda propuesta beneficia y perjudica a alguien. Esto, una vez dicho, parece obvio, pero no siempre lo tenemos en cuenta, por eso a veces aparecen análisis simplistas. Debemos preguntarnos a quién beneficia esta revolución. Claramente a EEUU, quien ve peligrar su condición de potencia hegemónica ante el crecimiento continuo de China y su expansión por África, así como el avance de los BRICS (economías emergentes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica formando una alianza que refleja una tendencia hacia un mundo multipolar).

No sería descabellado pensar que EEUU busca crear un conflicto en China para sus propios intereses imperialistas ya que, con una economía en declive, no quiere una futura lucha entre potencias capitalistas y, al ver cómo las economías de Rusia y China crecen y ambos países hacen suculentos tratos comerciales, debe intentar desestabilizar al régimen chino y poner a la opinión pública en contra de éste, como sucedió con el conflicto ucraniano. Es posible también que EEUU busque una respuesta represiva de China contra los manifestantes para tener una excusa con la que boicotear el país e imponer sanciones económicas como ha hecho con Rusia. Por otro lado, no he tenido noticia de que los manifestantes pretendan acabar con el modelo neoliberal imperante en Hong Kong, que ha generado unas desigualdades brutales, y caminar hacia la emancipación de la clase trabajadora. Esto hace pensar que los manifestantes no tienen una conciencia de clase desarrollada o que no se busca cambiar el modelo económico, sino, quizás, crear una nueva democracia burguesa al estilo occidental (privatización de empresas públicas, el mercado por encima de todo, etc) para meter mano a las empresas chinas actualmente propiedad del Estado.

Visto quién protagoniza estas revueltas y que parte de la clase trabajadora está en contra de éstas, veo muy posible esta hipótesis. Poco tardaron EEUU y el Reino Unido en salir a defender las protestas diciendo que apoyan las aspiraciones democráticas del pueblo de Hong Kong. Personalmente, no creo que EEUU, que ha financiado gran cantidad de golpes de Estado convertidos en dictaduras fascistas a lo largo del siglo XX en todo el mundo, causando millones de muertos, le interese otra cosa que sus propios intereses o pueda dar lecciones de democracia. Si apoya las revueltas de Hong Kong es porque pretende conseguir algo con ellas, no por filantropía. Es cierto, como ya dije, que China y la región de Hong Kong carecen de democracia a pesar de existir el sufragio universal. Sin embargo, cuando Hong Kong era una colonia británica y no tenían ningún derecho electoral, jamás surgieron revueltas. Son cosas que no acaban de cuadrar.

Lo que no es admisible es que EEUU intervenga en el conflicto diciendo que en China no hay democracia, cuando la calidad democrática en occidente deja mucho que desear. Los procesos electorales, en general, están controladas por dos bloques (republicanos y demócratas en EEUU, laboristas y conservadores en el Reino Unido, etc) cuyas políticas contienen un mismo modelo económico supervisado por el gran capital. Un ejemplo de esto es que, en EEUU, los oligarcas financian las campañas electorales de ambos partidos, por lo que siempre ganan ellos. Con esto sobre la mesa, ¿se puede hablar de pluralidad y democracia? Existen numerosos casos que demuestran que en EEUU la democracia brilla por su ausencia, como el escándalo electoral que hizo presidente a Bush hijo en 2001 o el caso de la convención del partido demócrata en 1944, donde se engañó y sobornó a electores para poner a Truman, amigo del gran capital, de vicepresidente (que tras la muerte de Roosevelt sería presidente y acabaría lanzando la bomba atómica sólo para intimidar a la URSS) en lugar de Wallace, candidato antiimperialista, progresista y el favorito del pueblo y de Roosevelt. Pero hay muchos otros ejemplos que el lector conocerá.

Pocas clases de democracia podemos dar desde Europa, donde se está negociando un tratado de libre comercio con EEUU en secreto y de espaldas a los ciudadanos. Tampoco desde España, donde los ciudadanos sólo tenemos derecho a votar cada cuatro años a un partido que cuando llega al poder puede hacer todo lo contrario de lo que prometió sin que pase nada. Nos escandalizamos cuando vemos imágenes de la policía tirando botes de gases lacrimógenos en Hong Kong pero aquí todos hemos visto cosas mucho peores, como la pelota de goma que hizo perder un ojo a Ester Quintana o la que hizo que un joven llamado Gabriel perdiera un testículo. Nos escandalizamos cuando oímos decir al gobierno chino que las protestas son ilegales, pero eso lleva diciendo Cifuentes y el gobierno del PP toda la legislatura cuando los trabajadores protestan y defienden sus derechos, cada vez más escasos. Un país que tiene presos políticos, donde no existen los referéndums vinculantes, donde se vendió la soberanía a poderes no escogidos por los ciudadanos, donde el jefe de gobierno tampoco ha sido escogido por votación, no puede dar lecciones de democracia.

En definitiva las protestas de Hong Kong huelen a revolución precocinada y respaldada por intereses imperialistas. Ojalá me equivoque y estas revueltas sean de clase y derroquen a la oligarquía chupóptera y corrupta que gobierna China. Yo lo dudo. El tiempo lo dirá.

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Editorial del diario LaRepublica.es.