En primavera y verano, siempre y cuando no llueva. E incluso algunos días de otoño o invierno en los que no hace demasiado frío, es posible que te apetezca organizar una fiesta al aire libre. Y es que no hay nada como una reunión de gente con ganas de divertirse, bien sea por algún motivo especial o sencillamente por el hecho de juntarse y disfrutar. Si quieres organizar una de estas, aquí hay algunos consejos prácticos para que todo salga a pedir de boca.
Prepara las cosas con antelación
Cuando todo el mundo está divirtiéndose, es importante que todo esté preparado. La previsión es esencial, porque una fiesta que llega a la mitad y empiezan a escasear las provisiones, por ejemplo, está empezando a convertirse en un fracaso. Por eso, hay que tenerlo todo listo con tiempo, incluyendo los posibles incidentes que pudieran surgir.
Si se trata de fiestas infantiles temáticas, que al aire libre permiten que los niños se lo pasen en grande sin temor a que se rompa nada, hay que tener siempre una mesa con todo disponible. Tanto grandes como pequeños, agradecerán contar con suficientes platos, vasos y servilletas. Además de una buena cantidad de opciones donde elegir. También es importante contar con espacio libre para que los niños jueguen mientras los mayores conversan. Y si hay espectáculo, también se necesitará sitio para que todo se desarrolle de forma adecuada.
Todo ello requiere de planificación. Hay que tenerlo todo preparado con tiempo, asegurarse de que la animación está de camino y que hay suficiente comida. Es mejor pasarse un poco que quedarse corto.
Que la fiesta siga fuera, pase lo que pase
A menudo, puede que una fiesta al aire libre termine dentro de casa si no se prevén algunos detalles. Por ejemplo, un chaparrón fortuito puede obligar a que todo el mundo tenga que buscar refugio, lo que sin algo de previsión puede dar con un grupo de gente metida en el salón casi sin poder moverse.
Las velarias arquitectónicas pueden ser una buena solución. Si tienes el jardín, o al menos una parte, cubierto con una de estas, podrás disponer de un sitio en el que pase lo que pase se podrá seguir con la fiesta. Hay muchas opciones, algunas de las cuales se pueden montar y desmontar con relativa facilidad, así como otras que se cierran o se abren en función de las circunstancias.
Estas instalaciones, así como las lonarias que son incluso más versátiles, te permitirán también crear áreas diferenciadas. Por ejemplo, el lugar en el que está la comida, la barbacoa o las sillas para quien se quiera sentar, mientras que en otro espacio abierto se puede correr o estar disfrutando del buen tiempo sin problemas.
Si no disfruta todo el mundo, no es una fiesta
Aunque te encargues de organizar la fiesta, tú también tienes que disfrutar de la ocasión. Así que no te pases todo el tiempo mirando si se ha descolocado un adorno o si el espectáculo que has contratado llegará a tiempo. La idea es pasar un buen rato con los invitados, disfrutando de la velada que se ha organizado.
Puedes tomar como ejemplo las fiestas que se organizan a veces con motivo de actividades relacionadas con las artes escenicas. Estas, que a menudo tienen lugar en espacios al aire libre como terrazas y jardines, suelen salir bien porque no hay nadie detrás de la gente tratando de controlarlo todo. Desde el anfitrión hasta el último invitado solo piensan en pasarlo lo mejor posible. Si estás planificando una celebración parecida, haz lo mismo. Ya te encargarás de todo cuando los invitados se hayan marchado. O mejor, deja que otros recojan y olvídate también de eso.