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Y parecía tonto cuando lo compramos

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mayo 31, 2018

Pedro Sánchez Pérez-Castejón, madrileño del barrio de Tetuán, ha conseguido tumbar al todopoderoso Partido Popular y alcanzar la presidencia del gobierno, con tan solo 85 diputados y un partido en evidente declive.

La historia política del nuevo Presidente del Gobierno es tremendamente curiosa, y llena de golpes de suerte, que han terminado con Pedro Sánchez en la Moncloa, y que deja en su camino un reguero de cadáveres políticos, entre ellos Susana Díaz y Mariano Rajoy, casi nada.

En 2004, Sánchez entró de rebote en el Ayuntamiento de Madrid como concejal, al reemplazar a Elena Arnedo, que había renunciado a su acta. En 2009, tan solo cinco años después, consiguió, también de rebote, su acta en el Congreso de los Diputados tras la renuncia de Pedro Solbes. En enero de 2013, y de nuevo tras una renuncia, volvió al Congreso de los Diputados al tomar el escaño de Cristina Narbona.

Tras la dimisión de Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del PSOE, Pedro Sánchez anunció su candidatura con 40.000 avales, y contra todo pronóstico, venció a Eduardo Madina y a José Antonio Pérez Tapias, por lo que fue elegido como Secretario General de los socialistas.

Tras las elecciones generales de 2015, con Sánchez a la cabeza, el PSOE fue segunda fuerza política en número de diputados, con 90 escaños. En la repetición electoral, de junio de 2016, Sánchez obtuvo su mínimo histórico con 85 diputados (84 del PSOE y uno de Nueva Canarias). En ninguna de estas dos ocasiones, Sánchez logró apoyos para ser Presidente del Gobierno por el rechazo de Unidos Podemos. En septiembre de 2016, Sánchez sufrió un golpe de estado interno impulsado por Susana Díaz y Felipe González, dimitieron en bloque 17 miembros de la Ejecutiva Federal del PSOE, para forzar su disolución, y lograr con ello derribar a Pedro Sánchez, quien finalmente presentó su dimisión como secretario general del PSOE y menos de un mes después entregó su acta de diputado, ya que se negó a abstenerse y permitir a Rajoy gobernar con el apoyo del PSOE.

Fue en octubre de 2016 cuando Sánchez, apuñalado por la espalda por sus propios compañeros, pasó de pusilánime a matagigantes.

En mayo de 2017, contra todo pronóstico, aplastó a Susana Díaz en una durísima confrontación interna, y fue reelegido como secretario general del PSOE. Justo un año después, y tras fallo de la Audiencia Nacional en el Caso Gürtel, Sánchez por sorpresa presentó una moción de censura contra Rajoy siendo él mismo candidato a la presidencia del Gobierno.

Tras acabar con el ínclito Eduardo Madina, con la omnipotente Susana Díaz y todos los barones territoriales del PSOE, hoy Sánchez ha logrado algo que parecía imposible: con el apoyo de Unidos Podemos y las confluencias, y los nacionalistas vascos y catalanes, ha noqueado a Mariano Rajoy y acabado de un plumazo con las aspiraciones a gobernar de Albert Rivera y Ciudadanos.

Señoras y señores, ante ustedes Pedro Sánchez, que parecía tonto cuando lo compramos.

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