El arte de la buena imagen en el hombre del siglo XXI: Del afeitado completo al cuidado de la barba

In Sociedad
mayo 12, 2020

Quienes pensaban que eso de cuidar la imagen personal era solo cosa de mujeres, están más que equivocados. Los hombres también se cuidan, y cada vez lo hacen más. Desde los 15 años y casi hasta los 50, los varones están empezando a acudir con más frecuencia a barberos profesionales en busca de los mejores tratamientos ya no solo para su cabello, sino también para su piel.

Desde limpiezas de cutis hasta nuevos tipos de peinado o recortes de barba y tratamientos para cuidarla. Las cosas han cambiado mucho, y la imagen desaliñada ya no es algo que se lleve. Todo cuidado al milímetro, con los mejores productos para que el vello facial esté en el mejor estado posible y para lucir una imagen impecable. La nueva metrosexualidad, como muchos la llaman.

El nuevo metrosexual del siglo XXI

La imagen tradicional del metrosexual es una que estuvo presente durante muchos años. Hombres sin ningún atisbo de barba, con unas cejas perfectamente depiladas y con tratamientos de cutis para evitar impurezas. Algo a lo que sumar unos cortes de pelo impecables y el recurso de la depilación para eliminar cualquier rastro de vello en el resto del cuerpo.

Limpieza, esa era la palabra que más buscaba transmitir esta estética masculina. Sin embargo, las cosas han cambiado bastante desde hace unos años hasta ahora. Se sigue manteniendo ese concepto de pulcritud, pero ahora se traslada a los detalles perfectamente cuidados, a unas barbas que no son algo desaliñado y loco, sino perfectamente recortado y tratado.

Lo cierto es que hay mucho que aprender de ambos campos. Quienes tengan interés por aprenderlo todo sobre esa metrosexualidad más «tradicional», pueden recurrir a la red de redes. Si quieren encontrar más información para cuidar su imagen masculina, pueden visitar esta página: Habilidad Metrosexual. En ella hay mucha más información sobre el cambio de esta corriente estética.

Las barberías, jugando un papel clave

El público joven es el que, sobre todo, está empezando a acudir más a las barberías especializadas ya no solo en nuevos tipos de peinado, sino también en nuevas experiencias con cortes de pelo. Los barberos modernos ya no solo se limitan a afeitar y recortar, ahora hacen muchísimo más. De hecho, cada vez apuestan por técnicas más innovadoras para conseguir los resultados más originales y nuevos en cuanto a estética de cabello.

¿Qué puede encontrar un hombre en una barbería más moderna? Además de su faceta más tradicional, también esa apuesta por brindar nuevas experiencias. Puede que suene a locura, pero hay muchos barberos que ya ofrecen también servicios de manicura para sus clientes, además de servicios propios de spa. En efecto, una sesión con un masaje relajante justo después de recortar tu barba o recortar tu pelo para llevar ese peinado que llevabas tiempo deseando.

A eso hay que sumar los tradicionales servicios de estética, esos que antes parecían solo al alcance de los metrosexuales más exigentes, ahora se han extendido a más personas. Aunque es innegable que la gran prioridad de quienes acuden a estas nuevas barberías no es soloel peinado, buscan cuidar su barba de la mejor forma posible, acudiendo a las manos más expertas.

Y es que estos profesionales del pelo ofrecen los mejores tratamientos con productos para dar fuerza al vello facial, amén de para mejorar su imagen y su brillo. Algo que combinan, por supuesto, con los correspondientes recortes y peinados para garantizar un acabado final sensacional. La demanda de los servicios de cuidado de barba está emparejándose con la de cortes de pelo, y eso dice mucho del papel que está adquiriendo esta nueva parte de la estética del hombre.

Barba, ese aliado que viene de antaño

Los hombres imberbes cada vez son menos. La imagen del hombre moderno es la de aquel que tiene una barba poblada, a la vez que bien cuidada. Mostrar una maraña de pelos totalmente desatada en el rostro no es precisamente señal de buena imagen, por mucho que alguien se las quiera dar de «hipster» o alternativo. Tampoco se debe ser excesivamente cuadriculado. La clave está en el punto intermedio, ese que los barberos tan bien saben dar a cada cliente.

El resurgir de las barbas comenzó allá por 2012, al menos en el siglo XXI; pero lo cierto es que estas han sido un componente estético ligado al hombre desde mucho antes. Fue a comienzos del siglo XVIII cuando se empezó a considerar el uso de la barba como algo rústico, de carácter tosco y poco elegante. Ahí se sembró esa idea y, desde entonces, el afeitado se convirtió en la imagen de limpieza y pulcritud que se ha asentado durante tantísimos años e incluso siglos.

Cuando se habla de la historia de la barba hay que tener muy en cuenta su evolución. Pasó de ser símbolo de colonos, de fortaleza de los pueblos, a ser algo rechazado y considerado de clase baja. Aristócratas comenzaron a renegar de ella por buscar esa imagen de limpieza e higiene que los diferenciaba de los estratos más bajos de la sociedad. Sinónimo de maleantes, de pobreza y de insalubridad, no fue desde luego algo bien tratado a nivel estético.

Aun así, el hombre nunca ha dejado de experimentar con ella. Recortando y perfilando con diferentes formas, combinando con bigotes sencillos y pequeñas perillas… Se han probado cientos de formas, hasta llegar al punto en el que nos encontramos actualmente. Ahora son algo que todo hombre que muestre madurez lleva, como también cuando desea mostrar al mundo que entiende de modas, y que no se va a quedar atrás en estas.

Del afeitado total a las barbas bien pobladas, perfiladas y tratadas. Curiosa la evolución del uso del vello facial en el hombre, como también curiosa la evolución de las tendencias a nivel de estética y de moda. Puede que en unos años se vuelva a renegar de ella, pero lo que está claro es que, en la actualidad, son lo que más se lleva. Allá donde mires, hay barbas.

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Escritor profesional, autor de novela, cuentos y relatos, algunos premiados. Columnista en diversos medios. Creador de contenidos, redactor y copywriter.