Olga Alímova (diputada por el PCFR en la Duma) | Kprf.ru | Traducido del ruso por Íñigo Aguirre.
El hecho de que el fundador del primer estado socialista en el mundo, Vladímir Ilich Lenin, siga más vivo que nunca, queda demostrado al ver como su nombre sigue inquietando a muchos, incluso después de tantas décadas. Ello está ante todo motivado por el hecho de que la desigualdad entre clases, de la que hablaba Lenin, haya regresado de nuevo a nuestras vidas.
Un país tan grandioso como la URSS fue aniquilado gracias a la traición de la élite gobernante, y pronto a nuestro léxico regresaron términos como “clase” y “desigualdad entre clases”. Lo que significa que volvió la explotación de los trabajadores.
Los actuales señoritos se “olvidan” de forma premeditada, que su bonanza se la deben exclusivamente a todo lo que fue construido, creado en un gran país, gracias a los ideales, las decisiones y el proceder de Vladímir Ilich.
Todo el éxito de los dueños de almacenes de abrigos de pieles, de palacetes, yates y demás antojos de lujo cuyo precio equivale a un apartamento en la capital, se asienta únicamente en el saqueo de la herencia soviética. Pero las “lagunas de memoria” y su abierto antisovietismo de poco les sirven: nunca han conseguido ni conseguirán borrar de la memoria popular al fundador de un país tan grande como la URSS.
Las palabras de Putin sobre “la bomba nuclear alojada bajo el edificio” no son más que un desafortunado intento de bromear: Recordando su conocido aforismo relativo a que “tras la muerte de Mahatma Gandhi, ya no había nadie con quien hablar”, citaré al propio Gandhi, quien dijera sobre Lenin lo siguiente: “El ideal, al que se dedicó un gigante del espíritu como Lenin, no puede ser estéril. El noble ejemplo de su sacrificio, que será enaltecido por siglos, hará de ese ideal algo todavía más elevado y hermoso”.
Las desgracias de la Rusia actual en gran medida provienen del hecho de carecer de una idea nacional: Al destruir hace más de veinte años los ideales del socialismo y el poder popular, el régimen actual no ofreció a cambio nada que no fuese el ansia de lucro. Ya ven dónde nos ha conducido eso. Rusia es como un tren sin frenos que se dirige a un puente destruido, en el que sus maquinistas en vez de adoptar medidas de emergencia, se dedican únicamente a debatir sobre la situación y culpan de todo al que construyó la locomotora.
¿Piensan ustedes que tienen los pasajeros posibilidades de sobrevivir con esos maquinistas? El curso del desarrollo de la humanidad confirma las visionarias palabras del gran poeta soviético Mayakovski: “Lenin vivió, Lenin vive, Lenin vivirá”. N de la T. Ayer, aniversario de la muerte de Lenin, Putin declaró textualmente: “Lenin y sus correligionarios colocaron una bomba nuclear bajo el edificio que conocemos como Rusia, y (esa bomba) después estalló”.