Cada vez queremos más hacer las cosas por nosotros mismos. La auto eficiencia, el auto aprendizaje, el auto consumo o la auto elaboración, se han convertido en tendencias globales, en los que el ahorro, las ganas de aprender y el valor de hacer las cosas por uno mismo, prevalecen sobre la pereza y el miedo a acometer cualquier tipo de empresa.
Y es que la satisfacción personal por haber efectuado un trabajo, en principio destinado a profesionales, de manera efectiva no tiene precio. Arreglar el motor de tu coche o pintarlo, arreglar la fachada de tu casa o pintarla, realizar, en definitiva, cualquier trabajo manual como solución o mejora del ambiente donde vives, proporciona una sensación de seguridad y valía que se puede comparar con muy pocas cosas.
Para aquellos que quieran sentir estas sensaciones de satisfacción personal, o para aquellos habituados a realizar por sí mismos cualquier arreglo a los problemas habituales que dan los objetos, enseres y habitáculos que nos rodean, es importante contar con un buen equipo de herramientas y aparatos que ayuden a solventar los problemas a los que nos podamos enfrentar.
Uno de los aparatos más versátiles con los que se pueden hacer multitud de trabajos es un compresor, con el puedes pintar, clavar, grapar, remachar o inflar cualquier tipo de pelota o rueda, sólo por poner algunos ejemplos.
Para trabajar con un compresor en las múltiples tareas que es capaz de resolver este tipo de aparatos en el ámbito del hogar, lo mejor es utilizar un compresor portátil. Es la mejor opción siempre y cuando no le demos un uso muy frecuente, con una capacidad de 6 litros y una potencia de 1,5 CV, podrá solucionarnos la mayor parte de los problemas domésticos que puedan aparecer.
El uso más recurrente de los compresores de aire
Aunque ya hemos visto los múltiples usos que pueden tener los compresores de aire, estos son muy utilizados por los profesionales pintores para pintar paredes o para pintar vehículos, ya que es una técnica que puede hacer que se ahorre bastante dinero, además de ser bastante menos contaminante que la pintura con aerosoles.
Un compresor para pintar portátil es justo lo que necesitamos en casa para mantener las capas de pintura de la vivienda en buen estado. Porque, aunque no suelen ser económicos, sí que nos facilitan increíblemente el trabajo de pintar y aumentan el rendimiento de la pintura. Por esto último, si el repaso ha de ser constante, rápidamente sí que puede resultar bastante rentable.
En el mercado existen varios tipos de maquinaria para pintar, como compresores de aire y pulverizadores de pinturas, para facilitar la labor de pintar con aerosol. Sus precios oscilan mucho y siempre están por encima de los 50 o 60 euros, aunque también existe el compresor manual, que pueden encontrarse por debajo de los 20 euros.
Para elegir correctamente el compresor o pulverizador de pintura que vas a comprar, necesitas analizar varios aspectos para acertar en tu elección, ya que cada tipo de pulverizador está diseñado para realizar ciertas tareas específicas en pintura. Por este motivo, debes preguntarte qué tipo de pintura usarás, si la zona a pintar es muy amplia o si por el contrario se trata de detalles pequeños, si el compresor se utilizará con regularidad o no y, por supuesto, en que baremos económicos quieres moverte.
En general, también es recomendable saber qué es un compresor, para saber específicamente el que necesitas, según tus necesidades. Deberás conocer las características del motor, que transforma la energía eléctrica en un movimiento rotativo para accionar el compresor. La potencia de este motor determina el volumen de aire que puede comprimir en cada desplazamiento del pistón, como media podríamos referenciar que a 1CV de potencia se producen aproximadamente 100 litros por minuto de aire comprimido.
El tipo de transmisión es igualmente importante, ya que es el mecanismo que transfiere el movimiento rotativo del motor al eje del compresor. Existen dos tipos; de transmisión directa, que conecta directamente el eje del motor con el eje del compresor y de transmisión por correa, que consiste en colocar el motor y compresor de modo que sus ejes queden en paralelo, transmitiéndose el movimiento de uno a otro a través de un conjunto de poleas y una correa. La diferencia fundamental está en que este último tipo de transmisión se emplea en compresores con mayor capacidad de suministro y tanques más grandes.
Por último, habrá que conocer el pistón del compresor, que es el mecanismo que toma aire de la atmósfera y lo comprime y envía a un depósito a una presión mucho mayor a la atmosférica y el tamaño del depósito o calderín del compresor, que es donde se almacena el aire comprimido.
Estos detalles técnicos le darán una idea aproximada del compresor que necesita según su uso. Recuerde también elegir un compresor con un caudal que sea como mínimo igual al consumo de la herramienta, mejor si lo supera, para que nunca trabaje en vacío.