Para ser emprendedor necesitas una serie de cualidades, características y aptitudes para que la empresa que quieres crear no se quede solo en un intento y pueda contar con alguna garantía de éxito. Principalmente, debes contar con la suficiente energía y motivación para hacer frente a las interminables jornadas de trabajo que te esperan y hacerlo de forma que te proporcionen alegría y satisfacción, que todo ese tiempo no sea una carga sino motivo de felicidad, pues estás trabajando en ti y en tu proyecto. Todo lo demás, si no se posee la habilidad o la cualidad para desarrollar la actividad, puede aprenderse o puedes delegarse.
En cualquier caso, hay otras aptitudes que siempre serán altamente positivas para el desarrollo del proyecto si ya la posees innatamente, como la paciencia. Un negocio debe crecer lentamente. Los llamados pelotazos se van tan rápido como llegaron y no nos solemos encontrar con demasiados, así que tienes que ser paciente y perseverar en tus objetivos, visualizarlos e ir a por ellos sin descanso.
Más capacidades útiles para ser un buen emprendedor son el interés por la información y por la formación, estar continuamente abierto a todas aquellas noticias de tu sector que puedan ser útiles para el negocio, así como aprender constantemente todo lo relacionado con el rango profesional en el que te vas a mover. Convertirte en un maestro absoluto, dominando todo lo relacionado con tu actividad, será una de las mayores bazas que vas a tener para mantener viva tu empresa.
Puedes tener los conocimientos sobre una materia determinada o ser pionero con una idea totalmente nueva, en cuyo caso lo más recomendable es asegurarte de que no te la vayan a robar y eso se hace al patentar una idea. Si tienes un proyecto o una idea, ponlo a buen recaudo patentándolo. De este modo, aseguras la autoría, evitas el plagio y el uso no autorizado del proyecto y recibes compensaciones económicas.
Al patentar una idea, se dispone de una serie de derechos que te permiten la explotación de tu obra. La propiedad intelectual protege las creaciones originales, expresadas en cualquier medio y las interpretaciones artísticas, los fonogramas, las grabaciones audiovisuales y las emisiones radiofónicas, y se hace para velar por el reconocimiento de la obra y por la compensación económica que nace de su utilización por terceros.
Patentar una idea puede resultar más complicado de lo que en principio pudiéramos pensar, pues hay que comprobar que la idea / invención cumple los requisitos de patentabilidad y, para ello, hay que preparar toda la documentación necesaria para solicitar la patente. La documentación debe hacerse bien, puesto que en caso contrario la patente puede divulgar el invento sin conseguir la protección deseada. Por lo tanto, todo va a depender de la redacción del documento de patente.
Aún con la patente de la idea en la mano, o con las ideas de negocio claras en la mente, debes saber que te queda un largo recorrido y que, a todas las cualidades que vamos enumerando a lo largo de este artículo, debe sumársele la de la valentía, pues enfrentarse a un proyecto de largo recorrido solo puede llegar a buen puerto si se enfrenta con arrojo a los múltiples problemas y riesgos que seguro te vas a encontrar por el camino.
No debes sentir temor al asumir esos riesgos si, una vez estudiados y valorados, van a representar una apuesta para la mejora de la empresa. Esto incluye pues capacidad organizativa y de planificación y, si la mejora organizativa se encuentra en otro lugar, por su situación estratégica para la distribución, por estar cerca de los clientes o cualquier otro motivo de interés, se deberá asumir sin miedo el traslado de la empresa allí donde convenga.
No son pocas las empresas que necesitan de la cercanía de los puertos para la distribución de sus productos, o que sea un sitio con mucha afluencia turística para captar clientes para sus servicios. Por estas cuestiones y muchas otras, cada vez más son las empresas que eligen como destino para sus instalaciones ciudades como Málaga. Para realizar el traslado a esta ciudad, hay que saber contar con una empresa de transporte dedicada a mudanzas en Málaga que proporcione la máxima confianza, como la que se ofrece a través de la web www.mudanzas-malaga.es y que, además, tiene la mejor relación calidad precio del mercado.
El emprendedor no está solo
Todo emprendedor llega a un punto de desesperación cuando comprueba que el trabajo lo abruma y lo controla, que no dispone de tiempo para solucionar todos los conflictos que su empresa genera. Para evitar esta situación, se debe realizar con anterioridad un listado con las agencias, tanto gubernamentales, regionales, provinciales y locales, que pueden llegar a ser útiles en un momento dado, que existen y son muchas.
Estas agencias dependientes del estado pueden ayudar con asesoramiento, búsqueda de subvenciones e incluso apoyo financiero en algunos casos. También existen multitud de páginas webs donde encontrar información útil para los empresarios. Pero, sobre todo, se debe contar con equipos profesionales en los que se pueda delegar el trabajo que el emprendedor no se vea con la autoridad suficiente para realizar correctamente.
Este último factor es determinante para el desarrollo fructífero del proyecto de la empresa. Al delegar o contar con profesionales que resuelvan los problemas de manera efectiva, se estará ahorrando un tiempo importantísimo para el empresario que podrá dedicar a las labores propias de su empresa. Un despacho de abogados es, muy probablemente, el equipo de profesionales que más soluciones pueden ofrecer a un empresario.
Un equipo de abogados, como los que te hemos referenciado, afincados en Madrid, puede ofrecer soluciones a las muchas situaciones cotidianas que tienen una gran carga legal, por lo que va a merecer la pena consultar con un experto y evitar futuros problemas, desde las negligencias médicas, que puedan suponer una baja laboral que un empresario rara vez puede permitirse, hasta blindar las relaciones con proveedores y clientes, frenar la morosidad, evitar problemas con el uso de datos de los clientes, contratar a un trabajador o para proteger el patrimonio personal, entre otras muchas.