Komsomol de Ucrania | Traducido del ruso por Íñigo Aguirre
Desde los tiempos de la ocupación fascista (1941-1944) no se había visto nada parecido en Ucrania. Se ha condenado a jóvenes comunistas por “tenencia” de banderas de la Victoria, carnets de la UJC y tomos de Marx y Lenin. Solo en la Alemania de los años 30 cazaban y arrestaban a los ciudadanos del país por sus convicciones comunistas.
El gobierno ucraniano, como ferviente admirador de sus ídolos, ha ido más allá: llevando a juicio incluso a menores de edad por la lectura y estudio de los cásicos, de Marx y Lenin. No es difícil imaginar lo que han podido hacerles a unos adolescentes, en las dependencias de la SBU, si no reconocían su culpa. Todos entendemos perfectamente cómo desataban las lenguas en la Gestapo y cuáles son los métodos que usan las fuerzas de seguridad ucranianas en los interrogatorios. Baste recordar el escándalo de los integrantes del Grupo “Tornado”, dependiente del Ministerio del Interior, famosos por sus palizas, violaciones y asesinatos de detenidos.
El juzgado del distrito Galitski de la ciudad de Lvov declaró culpable a un joven comunista de 22 años, imponiéndole una pena de dos años y medio de cárcel por llevar flores a la tumba de los soldados soviéticos el 9 de mayo y hacer lo propio ante los monumentos a Taras Shevchenko y Iván Franko, según se deprende de los materiales de la causa y de la condena. Agravó la condena del miembro de la UJC de Ucrania el hecho de que en su página de Facebook hubiese publicado un lema “criminal”, que en opinión del juez supone un llamamiento a cometer actos terroristas: “Lenin vivió. Lenin vive. Lenin vivirá.”
En esta ejemplarizante causa penal figuran además dos miembros de la Juventud Comunista. Uno de ellos tiene apenas 15 años. Pero en opinión de la investigación es ya un redomado terrorista, ya que la acusación que se le ha interpuesto es en base a los artículos 258 (terrorismo) y 436 (distribución de símbolos comunistas). Según se desprende de las pesquisas de la causa, los terroristas miembros de la UJC suponían una amenaza para la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, del mismo modo que suponían un peligro para la sociedad, por el hecho de llevar flores el 9 de mayo, o subir entradas a las redes sociales con citas de Lenin y estar en posesión de carnets de la UJC y de una cinta de San Jorge. Los miembros de la “banda” estuvieron conspirando para adecentar las tumbas en la “Colina de la Gloria” de los soldados soviéticos, caídos durante la Gran Guerra Patria y lo que todavía es más terrorífico, se dedicaban a leer literatura “prohibida”, como el Capital de Karl Marx.
El cabecilla de esta célula terrorista del Komsomol, era precisamente el chaval de 15 años. Por eso tuvo que actuar la Fiscalía de Menores. Los investigadores de la SBU informan que también ha sido condenado. ¿Se lo pueden imaginar? ¡A los 15 años! Todo por leer a Marx y asear las tumbas de los soldados soviéticos para ponerles flores. Todos son miembros de la Juventud Comunista, los que han recibido penas de cárcel, los que están a la espera de condena y el joven “terrorista” de 15 años. El reconocimiento de su “culpa” por los juzgados y los que esperan juicio por causas análogas, totalmente fabricadas, es resultado de la coacción física y psicológica a la que han sido sometidos los jóvenes comunistas por parte del gobierno oficial, mediante los cuerpos de seguridad de la SBU, la Policía Nacional, la Fiscalía de Ucrania y los juzgados, con el objetivo de acabar en el país con la disidencia, la libertad de expresión y de conciencia, sofocando así las aspiraciones de democracia de los ciudadanos de Ucrania.
El juez Strelbitski dispuso a su vez eliminar las pruebas materiales de la actividad “terrorista” del joven comunista: el carnet de la UJC a nombre del acusado, un manual de El Capital de Karl Marx, una cinta de San Jorge, otra roja y otra amarilla y celeste, 4 chubasqueros, 5 banderas, 19 camisetas, 7 gorras y 5 discos con simbología comunista, 8 carnets de la UJC, tarjetas con los datos, impresos de afiliación, tarjetas con simbología comunista, que se encuentran en dependencias de la Dirección Gral. De la Policía Nacional en la región de Lvov. El juzgado no solo ha condenado de manera ilegal a personas por sus ideales políticos, sino que ha decretado destruir una propiedad que pertenece por ley al Partido Comunista de Ucrania y al Komsomol de Ucrania, que ejercen su actividad de manera legar en el territorio de Ucrania.
Comenzando desde febrero de 2014, contra miembros de la organización y sus dirigentes se cometieron más de cien ataques de diversa índole con uso de la agresión física, mientras que el miembro de la UJC Vadim Papura fue asesinado el 2 de mayo en Odesa, junto con otro casi medio centenar de ciudadanos de Ucrania. Recordemos que el primer menor asesinado en Ucrania, en Odesa, y el estudiante de Lvov condenado por el uso de la propaganda soviética, son miembros del Komsomol de Ucrania. La sede principal de la Unión de la Juventud Comunista de Ucrania en la ciudad de Kiev fue quemada y saqueada. El 90% de las sedes locales, de distrito y regionales a lo largo del país han sido destruidas y todos los bienes y literatura que había en ellas convertidos en hogueras. No se ha hecho justicia en ninguna de las denuncias interpuestas por la organización o los miembros de la UJC por los episodios de asesinato, palizas, amenazas, calumnias y destrucción premeditada de la propiedad. Ninguno de los criminales ni delincuentes implicados ha sido puesto a disposición judicial, lo que es una muestra más que evidente del terrorismo de Estado que se aplica contra las organizaciones sociales y políticas de la oposición en Ucrania.