Dos familias palestinas en la Jerusalén oriental ocupada se vieron obligadas a demoler sus propias casas en el día de ayer, después de que las fuerzas de ocupación afirmaran que fueron construidas sin el (casi imposible obtener) permiso de construcción.
La familia fueron amenazadas con una multa de 80.000 shekels (22.850 dólares) en caso de no derribar ellos mismos la casa en dos horas. Un miembro de una de las familias, tuvo que ser hospitalizado por fatiga severa al tratar de destruir la casa en el tiempo asignado.
El sábado, la Red de Noticias palestina también informó de una familia en el barrio de Al-Issawiya de Jerusalén se vio obligada a destruir su casa, después de recibir una orden de demolición para su casa el mes pasado.
Israel a menudo se niega a dar permisos a los palestinos para construir en Jerusalén oriental ocupada, en un esfuerzo para reducir al mínimo la población palestina en la zona. Mientras tanto, la construcción de numerosos asentamientos ilegales continúa.
Según la ONU, un total de 190 edificios palestinos fueron demolidos en Jerusalén Este en 2016.