¿Por qué las casas más antiguas, palacetes y edificios conservan todavía sus primitivas puertas de madera? Es una pregunta bastante recurrente, algo que hoy en día se ha recuperado como parte de un estilo que cada vez se aproxima más al rústico y rural de otros tiempos precisamente por su longevidad. En la actualidad, aunque el uso de puertas de madera para separar las estancias interiores sigue siendo el método más empleado, las tendencias han ido cambiando y cada vez son más los que se decantan por la instalación de puertas correderas en lugar de las convencionales.
Buscar la madera perfecta para cada caso es tarea difícil por la gran variedad de estilos y usos. De hecho, el uso de la madera es distinto según la región pues mientras que en las zonas más frías como en el Norte la madera se emplea en suelos para aportar calidez, en el Sur del país se busca todo lo contrario, es decir, allí lo que se busca es el frescor en el verano, por eso resulta inconcebible pensar en instalar madera en sus suelos. No obstante, no hay vivienda que no tenga suelo, puertas o ventanas de madera. Pero, ¿por qué?
Las puertas de madera, al igual que suelos o ventanales son capaces de aportar carácter y personalidad a cualquier estancia, se adaptan a cualquier estilo, son duraderas y nunca pasan de moda.
No debemos olvidar que la madera es uno de los materiales más empleados a lo largo de la historia, incluso para los Oscars. Sí, en la Segunda Guerra Mundial, por la demanda de metales para armamento, se decidió prescindir de este material para las estatuillas, reemplazando su material por madera policromada entre 1939 y 1945.
A todo esto hay que sumar, además, el buscar la madera autóctona, la que facilite no solo su transporte sino que siga los estándares de sostenibilidad de la zona para no provocar catástrofes como las que se han ido viendo estos últimos siglos en lo que a deforestación se refiere.