Tras el período vacacional correspondiente a las Navidades, a los universitarios de todo el país les toca poner a prueba sus conocimientos y enfrentarse a los temidos exámenes, en los que han de demostrar el buen trabajo realizado durante los meses previos. “Durante la época de los exámenes muchos estudiantes experimentan inseguridades, bloqueos, miedos, angustia, e incluso algunas sensaciones fisiológicas como temblores, taquicardias y la más común de todas, dificultades para conciliar el sueño” comentan desde Carral Psicología.
Todos estos síntomas convergen en lo que los expertos han denominado ansiedad ante los exámenes y que provoca dificultades en el acceso a los conocimientos adquiridos para poder emplearlos durante los exámenes. Se estima que entre un 3% y un 5% de la población universitaria del país sufre este problema.
El problema de la ansiedad suelen sufrirlo, en mayor grado, aquellos que más han estudiado. Por el contrario, en aquellos que no han estudiado lo suficiente suele mostrarse ausente. Es por eso, que los expertos aseguran que cierto grado de ansiedad es necesario e incluso beneficioso.
Desde Carral Psicología comentan que “la famosa Ley de Yerkes-Dobson dice que cuando uno está tenso, percibe, actúa y piensa con mayor claridad, hablamos entonces de una ansiedad saludable. Sin embargo, cuando el nivel de activación sobrepasa unos umbrales concretos, el rendimiento decae, lo que hace que esa ansiedad ya no sea tan saludable”.
Por lo tanto, la solución para evitar este problema pasa por intentar relajarse al máximo, evitar los pensamientos negativos y ser conscientes de la situación real, es decir, si uno ha estudiado, lo lógico es que apruebe los exámenes. En cualquier caso, la ayuda de profesionales nunca está de más.