Investigadores del Museo de Historia Natural de Chicago han realizado un estudio innovador sobre restos humanos momificados de la antigua Egipto, sin necesidad de deshacer los vendajes que los cubren. Este avance se logró mediante el uso de un escáner CT móvil, que permitió obtener imágenes tridimensionales de los esqueletos y artefactos contenidos en las momias, proporcionando información valiosa sobre las prácticas mortuorias de hace más de 3.000 años.
En septiembre, el equipo trasladó 26 momias a un escáner CT, lo que resultó en miles de radiografías. El procesamiento y análisis de estas imágenes podría llevar hasta tres años, según JP Brown, conservador senior de antropología en el museo. Este esfuerzo no solo busca preservar las momias para las generaciones futuras, sino que también permite comprender la individualidad de cada uno de ellos en un contexto respetuoso.
Rituales y creencias sobre la vida después de la muerte
La exposición «Dentro de la Antigua Egipto» es una de las más populares en el museo y presenta una réplica de un tipo de tumba conocida como mastaba, que alberga 23 momias humanas y más de 30 de animales. Según los científicos del museo, los antiguos egipcios creían que el alma permanecía en el cuerpo después de la muerte, lo que llevó a los embalsamadores a realizar prácticas complejas para preservar el cuerpo y asegurar la continuidad del espíritu en la otra vida.
El proceso de momificación, que podía durar hasta 70 días, incluía la extracción de los órganos internos, excepto el corazón, considerado el hogar del alma. Los embalsamadores utilizaban sal para secar los cuerpos, que luego se envolvían en lienzos, a menudo con oraciones o amuletos protectores incluidos. El entierro ceremonial era el último paso para enviar a la persona momificada al más allá.
Las momias también eran acompañadas por estatuas de cera de los cuatro hijos del dios Horus, responsables de proteger los órganos, lo que ha permitido a los científicos del museo identificar los órganos en cada paquete. Este enfoque en la preservación y el respeto hacia los restos humanos es un cambio significativo respecto a las prácticas más antiguas, donde se despojaban de las momias para su estudio.
Además, el análisis de las momias ha revelado detalles fascinantes sobre sus vidas. Por ejemplo, Lady Chenet-aa, quien vivió hace aproximadamente 3.000 años, fue momificada con un cuidado y lujo que reflejan su estatus social elevado. A través de los escaneos, se ha podido determinar que murió en su juventud, en la treintena, y que su dieta incluía granos de arena, lo que ha provocado un desgaste notable en sus dientes.
Los avances tecnológicos en el estudio de estas momias permiten no solo entender aspectos biológicos y patológicos, sino también corregir identidades erróneas. En algunos casos, personas que deseaban ser momificadas no contaban con los recursos necesarios, lo que refleja una realidad social compleja en la sociedad egipcia antigua.
Hoy en día, el enfoque hacia las momias se ha transformado. En lugar de ser vistas como meros objetos de arte, se les considera personas con historias y dignidad. La intención del museo es compartir estas narrativas y rehumanizar a aquellos que una vez habitaron esta tierra, en un esfuerzo por mostrar respeto por sus culturas y tradiciones.