Varios miles de trabajadores de Volkswagen (VW) están participando en huelgas en varias plantas de Alemania, en respuesta a los planes de la compañía de llevar a cabo despidos masivos y el cierre de varias fábricas en el país. Este movimiento, liderado por el sindicato IG Metall, se ha desarrollado en nueve de las plantas alemanas de VW, incluyendo su sede en Wolfsburg, y se ha extendido a otras instalaciones en Hannover, Emden, Salzgitter y Brunswick.
Según fuentes sindicales, una huelga de dos horas en la planta principal de Wolfsburg ha dejado de producir varios cientos de coches, entre ellos el emblemático Golf. Esta acción de protesta tiene como trasfondo la expiración de un periodo de paz laboral obligatorio, que prohibió las acciones industriales hasta el pasado sábado.
Contexto de las negociaciones laborales
Las huelgas han surgido tras semanas de negociaciones entre la compañía y los sindicatos, en un intento por reestructurar el negocio de VW para mantener su competitividad en un contexto marcado por el aumento de los costes energéticos y la disminución de la demanda tanto en China como en Europa. Thorsten Groeger, negociador principal del sindicato IG Metall, ha advertido que, si es necesario, la disputa salarial podría convertirse en la más dura que haya enfrentado VW.
VW ha propuesto recortes salariales del 10% para 120,000 de sus trabajadores y el cierre de tres de sus diez plantas en Alemania, aunque no ha especificado cuántos de sus aproximadamente 300,000 empleados en el país serán despedidos. Este tipo de decisiones, que pueden parecer drásticas, reflejan una realidad económica compleja en el sector automotriz alemán, que se enfrenta a altos costes de energía, una demanda europea débil, una creciente competencia desde China y una transición hacia vehículos eléctricos más lenta de lo esperado.
La preocupación por la salud de la economía alemana, la mayor de la Unión Europea, se ha intensificado con las dificultades que atraviesa la industria automotriz, que ya sufrió una recesión el año pasado. A lo largo de su historia de casi 90 años, VW nunca había cerrado una planta en su país de origen, siendo la última vez que cerró alguna instalación en 1988 en Estados Unidos.
