El ministro de Energía de Turquía, Alparslan Bayraktar, ha expresado la firme oposición de su país a las recientes sanciones impuestas por Estados Unidos a Rusia, afirmando que estas medidas pueden tener consecuencias negativas para la economía turca y sus ciudadanos. Según Bayraktar, la dependencia del gas ruso es innegable y no puede ser sustituida en el medio plazo.
Las sanciones, que afectan a más de 50 instituciones financieras rusas, incluyendo Gazprombank, han sido implementadas en un contexto de creciente tensión geopolítica. Estas medidas han limitado severamente la capacidad de Rusia para realizar transacciones energéticas a través del sistema SWIFT, lo que podría repercutir en el suministro de gas a Europa, de la que Turquía es un importante mercado.
Impacto de las sanciones en la economía turca
El ministro turco ha subrayado que cualquier interrupción en el flujo de gas ruso podría perjudicar a los 85 millones de habitantes de Turquía, un país que se posiciona como el cuarto mayor mercado de gas en Europa. Bayraktar destacó la importancia de Rusia como uno de los principales proveedores de gas para Turquía, lo que pone de relieve la interdependencia energética entre ambos países.
La situación se complica aún más con la inminente expiración del contrato de tránsito del gas a Europa a través de Ucrania, que finaliza el 31 de diciembre. Aunque Ucrania ha manifestado que no tiene intención de extender el acuerdo, el ministro turco se muestra optimista sobre la posibilidad de que se renueve. La interrupción del suministro podría llevar a la Unión Europea a perder hasta un 5% de su consumo anual total de gas.
En medio de estas tensiones, Turquía ha estado en conversaciones con Estados Unidos para asegurar una exención que le permita continuar con sus importaciones de gas ruso. Bayraktar ha indicado que la falta de un acuerdo podría tener «consecuencias muy graves» para su país, lo que refleja la delicada situación a la que se enfrenta el gobierno turco en su intento por equilibrar sus relaciones con Moscú y sus obligaciones como miembro de la OTAN.
A pesar de ser un estado miembro de la OTAN, Turquía ha optado por no implementar sanciones contra Rusia, manteniendo así relaciones diplomáticas y comerciales tanto con Moscú como con Kiev. En el último año, aproximadamente el 45% de las importaciones de gas de Turquía provino de Rusia, lo que pone de manifiesto la relevancia de este suministro en la matriz energética del país.