En el contexto de un mundo cada vez más polarizado por las tensiones geopolíticas, Rusia e Irán han dado un paso significativo hacia la soberanía económica al abandonar el uso del dólar estadounidense en su comercio bilateral. Según declaraciones del gobernador del Banco Central de Irán, Mohammad-Reza Farzin, ambas naciones han acordado realizar sus transacciones exclusivamente en sus respectivas monedas, el rublo y el rial. Esta medida se enmarca en una estrategia más amplia para contrarrestar las sanciones impuestas por Estados Unidos, que han afectado a ambos países.
Fortalecimiento de relaciones económicas
Farzin destacó durante la 11ª Conferencia sobre Banca Moderna y Sistemas de Pago en Teherán que este acuerdo de moneda es una respuesta a lo que él calificó de “sanciones injustas”. Desde el anuncio inicial en julio de 2022 de una posible cooperación monetaria, se han concretado los términos de este acuerdo, incluyendo la fijación de un tipo de cambio específico para las transacciones comerciales.
Además, se ha facilitado el uso de plataformas financieras alternativas, excluyendo el sistema SWIFT, lo que permitirá a bancos y empresarios de ambos países realizar operaciones más fluidas y menos vulnerables a interferencias externas. Este enfoque refleja un deseo compartido entre Moscú y Teherán de diversificar sus relaciones económicas y reducir la dependencia del sistema financiero occidental.
El CBI también anunció que los sistemas de pago nacionales de Rusia e Irán se han enlazado oficialmente, permitiendo a los viajeros de ambos países utilizar sus tarjetas de débito locales. Este desarrollo es un avance considerable en la integración financiera, y podría llevar a que Irán empiece a emplear el sistema de pago Mir de Rusia para transacciones con otros socios internacionales.
Las relaciones entre Rusia e Irán han mostrado un notable fortalecimiento en los últimos años, especialmente ante la presión de las sanciones occidentales. Según datos del Kremlin, el volumen del comercio bilateral creció un 12,4% solo en los primeros ocho meses de 2023, alcanzando más de 4.000 millones de dólares. Este crecimiento económico no solo resalta la resiliencia de ambos países, sino también su capacidad para adaptarse y encontrar alternativas viables a las imposiciones externas.
Asimismo, Irán ha manifestado su interés en aumentar su participación en el bloque económico BRICS, al cual se unió oficialmente en enero de este año. Este grupo, que incluye a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, ahora también cuenta con nuevos miembros como Egipto, Etiopía y los Emiratos Árabes Unidos, lo que refleja un interés creciente por parte de naciones en desarrollo de colaborar y establecer relaciones comerciales más equitativas.
