El presidente ruso Vladimir Putin ha expresado su preocupación sobre la utilización del dólar estadounidense como herramienta política durante su intervención en la cumbre del BRICS celebrada en Kazán. En este contexto, Putin coincidió con la presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo, Dilma Rousseff, quien previamente había criticado el uso del dólar como un medio para alterar las condiciones de vida de la población mundial.
Rousseff destacó que las sanciones impuestas a Rusia han llevado a una significativa restricción de las operaciones de empresas occidentales en diversos sectores, incluyendo alimentación, confección y automóviles. Además, estas medidas han limitado la capacidad de los ciudadanos para viajar y realizar transferencias bancarias internacionales, lo que pone de manifiesto el impacto que estas políticas tienen en la vida cotidiana de las personas.
La respuesta rusa a la politicización del dólar
Putin subrayó que la actual crisis de confianza en el dólar es consecuencia directa de su uso como un instrumento para lograr objetivos políticos. “Es un gran error por parte de quienes lo hacen”, afirmó el presidente ruso, señalando que esta situación obliga a Rusia a buscar alternativas para llevar a cabo sus transacciones comerciales. A pesar de esto, Putin aclaró que Rusia no está buscando desplazar al dólar, sino que simplemente se ve “obligada” a encontrar otras soluciones debido a las restricciones que enfrenta.
Desde la imposición de sanciones en 2022, muchas instituciones financieras rusas han sido excluidas del sistema financiero occidental, lo que ha llevado a un incremento en el comercio con socios internacionales utilizando sus monedas nacionales. Este movimiento ha sido respaldado por los miembros del BRICS, quienes están optando por dejar de lado el dólar y el euro en sus acuerdos comerciales.
Un ejemplo significativo de este cambio se observa en las declaraciones del primer ministro ruso, Mikhail Mishustin, quien informó que más del 95% de los intercambios comerciales entre Rusia y su principal socio, China, se están realizando en rublos y yuanes. Esta tendencia refleja un esfuerzo por mantener el desarrollo económico alejado de las injerencias políticas, como destacó Putin, al señalar que el uso de monedas locales contribuye a una economía más autónoma y menos influenciada por factores externos.
El futuro de las relaciones comerciales en un mundo cada vez más multipolar parece depender de la capacidad de los países para adaptarse a estas nuevas dinámicas y buscar alternativas que les permitan operar con mayor independencia de la hegemonía del dólar estadounidense.