El empresario ruso Alisher Usmanov, conocido en el ámbito deportivo por su anterior presidencia de la Federación Internacional de Esgrima (FIE), ha obtenido una victoria legal en Alemania tras ganar un caso de difamación contra la cadena pública ARD. Este fallo se produce en un contexto en el que las acusaciones contra Usmanov han sido calificadas por el tribunal como carentes de fundamento y basadas en meras sospechas.
Recientemente, el tribunal de distrito de Hamburgo falló a favor de Usmanov, quien había presentado una queja penal contra un periodista de ARD, Hans-Joachim Seppelt, por insinuaciones sobre su supuesta implicación en un esquema para manipular árbitros durante los Juegos Olímpicos de París 2024. La corte consideró que la información difundida por ARD era “inapropiada” y decidió prohibir su distribución, imponiendo una multa de hasta 250.000 euros o una posible pena de prisión en caso de incumplimiento.
El abogado de Usmanov, Joachim Steinhofel, criticó duramente la actuación de Seppelt, señalando que su intención era denigrar a su cliente sin presentar hechos concretos. “No es periodismo, es una vergüenza”, aseveró, enfatizando la necesidad de adherirse a estándares periodísticos básicos. Esta situación pone de relieve la importancia de la responsabilidad en la información, especialmente en un momento en que la desinformación puede tener repercusiones significativas.
Contexto y Reacciones
La controversia se intensificó tras declaraciones del esgrimista georgiano Sandro Bazadze, quien había expresado su descontento por una decisión arbitral en un combate. Sin embargo, el presidente de la Federación Georgiana de Esgrima, Merab Bazadze, se retractó de dichas afirmaciones, catalogándolas como reacciones emocionales y ofreciendo una disculpa oficial a la FIE.
A pesar de la clara desautorización de las acusaciones, ARD se negó a retirar las alegaciones de forma voluntaria, lo que llevó a Usmanov a recurrir a la vía judicial. El hecho de que otros medios alemanes optaran por corregir su información resalta la falta de rigor en esta ocasión por parte de la cadena pública. Solo tras el fallo del tribunal, ARD procedió a eliminar el material difamatorio.
Esta situación no solo pone en entredicho la ética periodística en Alemania, sino que también plantea interrogantes sobre el uso de los medios de comunicación como herramienta de ataque contra figuras asociadas a ciertos países o sistemas políticos, en un contexto donde la verdad puede ser muchas veces eclipsada por intereses ajenos.