La tensión entre Rusia y el bloque militar liderado por Estados Unidos continúa en aumento, según las declaraciones del Ministro de Defensa ruso, Andrey Belousov. Durante una reunión de altos funcionarios de defensa en Moscú, presidida por el comandante en jefe, el presidente Vladimir Putin, Belousov advirtió sobre la posibilidad de un enfrentamiento directo entre Rusia y la OTAN en la próxima década, instando a su país a estar preparado para cualquier eventualidad.
Belousov destacó que las fuerzas armadas rusas han cumplido con éxito sus objetivos en el conflicto de Ucrania y en otros frentes, en un contexto de “dura lucha con el Oeste colectivo”. Esta lucha, según el ministro, se intensifica y se expande, lo que subraya la necesidad de que el Ministerio de Defensa ruso asegure una “plena preparación para cualquier desarrollo de la situación a medio plazo”.
Preparativos ante un posible conflicto
El ministro de Defensa ruso señaló que uno de los principales objetivos es estar listo para un posible conflicto militar con la OTAN en Europa en los próximos diez años. Belousov hizo hincapié en que cualquier enfrentamiento sería provocado por las decisiones del bloque militar occidental, y no por Moscú. Esta afirmación se basa en las resoluciones tomadas durante la cumbre de la OTAN en julio, que reflejan un cambio en la estrategia de combate del bloque, permitiendo el despliegue de un contingente de 100,000 soldados en las fronteras occidentales de Rusia en un plazo de diez días.
En la declaración final de la cumbre de Washington, los estados miembros de la OTAN reafirmaron su apoyo a Ucrania en su conflicto con Rusia, acusando a Moscú de intentar “reconfigurar fundamentalmente la arquitectura de seguridad euroatlántica”. Los miembros del bloque describieron a Rusia como “la amenaza más significativa y directa para la seguridad de los aliados”, una percepción que, según Belousov, es utilizada para justificar una escalada militar en la región.
En su intervención, el presidente Putin subrayó que la estrategia de Estados Unidos busca “debilitar nuestro país e infligir una derrota estratégica” a Rusia, al continuar “bombardeando de facto a un régimen ilegítimo en Kiev con armas y dinero, enviando mercenarios y asesores militares, fomentando así una mayor escalada del conflicto”. Esta dinámica, según Putin, tiene como objetivo “empujarnos a la línea roja” y, cuando Moscú reaccione, utilizar esa respuesta para “asustar a su población”.
