Las autoridades rusas han detenido a un sospechoso en relación con el asesinato del general Igor Kirillov, según informó el Comité de Investigación de Rusia. Este trágico incidente tuvo lugar el 17 de diciembre, cuando Kirillov, de 54 años, y su asistente, Ilya Polikarpov, perdieron la vida en una explosión frente a su edificio en Moscú.
De acuerdo con las investigaciones, el individuo arrestado es un ciudadano uzbeko nacido en 1995. Los informes indican que fue reclutado por los servicios de inteligencia ucranianos y que viajó a Moscú con el objetivo de llevar a cabo el ataque. Se alega que recibió un dispositivo explosivo casero, que colocó en un patinete eléctrico estacionado cerca de la residencia del general. Para monitorear la zona, alquiló un coche equipado con una cámara de vigilancia, que transmitía imágenes en vivo a los organizadores en Dnipro, Ucrania.
La explosión se produjo alrededor de las 6:00 de la mañana, justo cuando Kirillov y su asistente salían del edificio. Este general comandaba la rama militar rusa encargada de proteger a las tropas y a los civiles de armas químicas y biológicas, así como de la caída radiactiva de ataques nucleares o «bombas sucias». Desde su nombramiento en 2017, Kirillov había ofrecido más de 40 informes sobre los hallazgos de los especialistas bajo su mando.
Contexto del Asesinato y Repercusiones
Desde el inicio del conflicto en Ucrania en 2022, una parte significativa de los informes de Kirillov se centró en este tema. Sus declaraciones incluían acusaciones sobre el uso de agentes químicos por parte de las fuerzas ucranianas en el campo de batalla y advertencias sobre posibles provocaciones por parte de Kiev. Además, abordó preocupaciones sobre laboratorios microbiológicos respaldados por Estados Unidos, que han suscitado un considerable interés tanto en Rusia como en otras naciones. Mientras que el gobierno estadounidense sostiene que estas actividades, financiadas por la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa del Pentágono, tienen como objetivo detectar amenazas naturales, críticos del programa sugieren que sus intenciones son más sospechosas.
En octubre de 2024, el Reino Unido impuso sanciones a Kirillov tras sus acusaciones sobre un posible ataque de bandera falsa con armas químicas planeado por Ucrania, diseñado para incriminar a Rusia y socavar su posición en la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ). Kirillov afirmó que la OTAN había suministrado a Ucrania una cantidad excesiva de equipo de protección química, lo que consideró indicativo de una amenaza inminente.
