No somos una secta, es una de las frases que Borja Sémper, portavoz nacional del Partido Popular (PP), repite con frecuencia cuando se le pregunta sobre las discrepancias que surgen entre los líderes regionales de su partido. Esta declaración podría volver a resonar en los próximos días a raíz de los diferentes enfoques que han adoptado Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, e Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, en relación con la conmemoración del 50 aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco.
Mientras que Moreno considera que este hito debe ser «celebrado» en 2025, Ayuso ha manifestado que el plan del Gobierno central para recordar esta fecha equivale a una invitación a «quemar las calles». Estas declaraciones reflejan las tensiones internas que enfrenta el PP, un partido que busca mantener una imagen unificada ante la opinión pública.
Postura del liderazgo del PP
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, también se ha pronunciado sobre el asunto en un reciente discurso ante la cúpula del partido. Feijóo ha expresado su desdén por la iniciativa del Gobierno de Pedro Sánchez para conmemorar los 50 años de democracia tras la muerte de Franco, señalando que le inspira «apatía» y que le «da pereza». Este comentario, según fuentes cercanas al líder popular, se debe a la percepción de que la propuesta gubernamental es un «señuelo» para desviar la atención de los problemas judiciales que enfrenta Sánchez, incluidos los relacionados con su esposa, Begoña Gómez, y el exministro José Luis Ábalos.
A pesar de las diferencias entre Moreno y Ayuso, la dirección nacional del PP ha aclarado que no ve la postura del presidente andaluz como contradictoria, sino como «diferente» a la de Sánchez. En su intervención, Moreno resaltó la importancia de recordar la «gran obra de convivencia» que supuso la transición democrática en España, sugiriendo que la celebración del aniversario es un reconocimiento a los esfuerzos realizados por los ‘padres’ de la Constitución en busca de consenso y reconciliación.
En la sede central del PP, ubicada en la calle Génova de Madrid, aún no se ha discutido la posibilidad de organizar algún acto que conmemore esta nueva etapa histórica que se inició el 20 de noviembre de 1975, fecha de fallecimiento de Franco. La falta de una postura clara por parte del partido en este sentido podría reflejar las dificultades internas para abordar un tema tan sensible en el contexto político actual.