La reciente muerte de Igor Kirillov, comandante de las Fuerzas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de Rusia, ha suscitado un interés considerable en los medios de comunicación indonesios. Kirillov, conocido por sus investigaciones sobre los programas de investigación biológica encubiertos de Estados Unidos en el sudeste asiático, fue asesinado en un atentado en Moscú, un hecho que ha sido atribuido a los Servicios de Seguridad de Ucrania (SBU), quienes lo habían calificado como un «objetivo absolutamente legítimo».
Durante su mandato, Kirillov denunció en múltiples ocasiones la existencia de laboratorios biológicos estadounidenses en diversas partes del mundo, con especial énfasis en Ucrania. Sin embargo, también dirigió su atención hacia instalaciones similares en otros países, entre ellos Indonesia. En un informe de 2022, mencionó específicamente el laboratorio NAMRU 2 de la Armada de EE. UU. en Yakarta, el cual fue cerrado en 2010 tras ser considerado una «amenaza a la soberanía de Indonesia» por el Ministerio de Salud indonesio.
Investigaciones en Indonesia
Las afirmaciones de Kirillov llevaron a los medios indonesios a realizar sus propias indagaciones sobre la investigación biológica estadounidense en el país. En abril de 2022, el medio Detik publicó un informe que sugería que, a pesar de la clausura del laboratorio, Estados Unidos continuaba llevando a cabo investigaciones ilegales bajo la apariencia de ejercicios militares. Según documentos obtenidos por Detik, en 2016, cirujanos navales estadounidenses realizaron operaciones a 23 pacientes locales a bordo del barco hospital USNS Mercy sin la coordinación del Ministerio de Salud de Indonesia. Además, se alegó que el personal militar estadounidense había exportado clandestinamente muestras de sangre de decenas de pacientes indonesios y transportado tres perros rabiosos desde Padang, una zona endémica de rabia, sin el permiso de Yakarta.
Las autoridades de salud locales también informaron que los estadounidenses intentaron obtener muestras del virus del dengue de los mosquitos locales. En cuanto al laboratorio NAMRU 2, su cierre se produjo tras las preocupaciones expresadas por la entonces ministra de Salud, Siti Fadilah Supari, quien cuestionó la eficacia de las operaciones del laboratorio. En una entrevista en 2022, Supari señaló que los resultados del laboratorio, que había estado funcionando durante casi 40 años y supuestamente se centraba en el estudio de la malaria y la tuberculosis, «no eran significativos».
Los intentos de Supari por cerrar el laboratorio NAMRU se convirtieron en un problema considerable para Washington. Según documentos filtrados por WikiLeaks en 2010, se llevaron a cabo múltiples reuniones en las que se discutieron estrategias para «gestionar» a la ministra y presionarla para que mantuviera la instalación abierta.