Piratas informáticos vinculados a Corea del Norte han robado más de 1.340 millones de dólares (1.293 millones de euros) de plataformas de criptomonedas en lo que va de año, estableciendo un nuevo récord anual. Esta alarmante cifra fue revelada en un informe publicado recientemente por Chainalysis, una empresa estadounidense especializada en el análisis del sector de las criptomonedas.
Según el análisis, los cibercriminales norcoreanos llevaron a cabo un total de 47 incidentes de robo, lo que representa un aumento significativo respecto a los aproximadamente 660,50 millones de dólares (637 millones de euros) sustraídos en 20 incidentes durante el año anterior. Este incremento pone de manifiesto la creciente sofisticación y audacia de estos grupos, que han perfeccionado sus técnicas de ataque.
El uso de criptomonedas para financiar programas armamentísticos
Chainalysis destaca que los piratas informáticos asociados a Corea del Norte son conocidos por su habilidad para eludir las sanciones internacionales, utilizando métodos avanzados como malware y técnicas de ingeniería social. El informe subraya que el régimen de Kim Jong-un utiliza los fondos obtenidos a través de estos robos para financiar sus programas de armamento y misiles, lo que representa un riesgo considerable para la seguridad internacional.
En el año 2022, se estimó que Corea del Norte había robado al menos 700 millones de dólares en criptomonedas, una cantidad que podría financiar el lanzamiento de una treintena de misiles balísticos intercontinentales. A pesar de los esfuerzos de las autoridades surcoreanas y estadounidenses para frenar estas actividades cibernéticas, el aumento de los robos sugiere que las medidas implementadas no han sido efectivas.
Este fenómeno no solo plantea un desafío para la seguridad de las plataformas de criptomonedas, sino que también pone de relieve la vulnerabilidad del sistema financiero global ante las tácticas cada vez más sofisticadas de los grupos de hackers. La comunidad internacional se enfrenta a la necesidad urgente de desarrollar estrategias más robustas para contrarrestar este tipo de amenazas, que no solo afectan a la economía digital, sino que también tienen implicaciones geopolíticas significativas.