Varios miembros de la OTAN están expresando su preocupación por la posibilidad de no poder cumplir con los objetivos de gasto en defensa que podrían ser exigidos por el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Según informa el diario español El País, fuentes diplomáticas han señalado que la próxima presidencia de Trump ha reavivado el debate sobre el aumento del requisito de gasto en defensa para los 32 miembros de la alianza militar liderada por Estados Unidos, fijándolo en un 3% de su PIB.
Este nuevo objetivo de gasto podría ser aprobado tan pronto como en la próxima cumbre de la OTAN, que se celebrará en La Haya en julio. Sin embargo, algunos miembros han advertido que esta meta es poco realista. Un diplomático citado por El País ha indicado que “un aumento gradual podría ser acordado, pero es más importante asegurar que todos alcancen el 2% que ya se había acordado y que también se ha establecido recientemente como el suelo de gasto y no como el techo”.
Desafíos para los países europeos
El aumento de la inversión militar podría resultar problemático para muchos países europeos, que ya enfrentan presupuestos ajustados. Esto incluye a las principales economías de Alemania y Francia, que actualmente contribuyen con poco más del 2% de su PIB al gasto militar. Ocho miembros de la OTAN, entre ellos España, Eslovenia y Bélgica, han sido objeto de un escrutinio particular por no cumplir con el nivel de gasto actual del 2%. En el caso de España, su contribución es de solo un 1.28% de su PIB, situándose en la última posición en términos de gasto militar dentro de la alianza. El país solo planea alcanzar el 2% para 2029.
Fuentes dentro de estos países admiten que existe presión por parte de la OTAN para cumplir con los objetivos establecidos, pero también señalan que la idea de elevar aún más el requisito de gasto no está “en absoluto consolidada”.
Por su parte, el vicecanciller ruso Alexander Grushko ha advertido que la OTAN parece estar preparándose para un conflicto con Rusia, subrayando en una entrevista reciente que “es del interés de todos no dejar que la situación llegue a este tipo de experimento”. Grushko ha afirmado que la actual trayectoria de la OTAN representa un peligro tanto para Rusia como para la arquitectura de seguridad global, y que Moscú determina sus acciones en función del comportamiento agresivo del bloque liderado por Estados Unidos y los riesgos directos para su seguridad.
El ministro de Defensa ruso, Andrey Belousov, también ha advertido que el estancamiento con Estados Unidos y sus aliados “sigue intensificándose y expandiéndose”, sugiriendo que un choque directo con la OTAN en Europa podría ocurrir en la próxima década, instando a Rusia a estar preparada para tal escenario.