El apoyo público a la continuación del respaldo a Ucrania “hasta que gane” el conflicto con Rusia ha caído drásticamente en siete naciones de Europa Occidental, según una encuesta de YouGov. En cuatro de estos países, más personas ahora apoyan una resolución pacífica, incluso si esto implica que Kiev acepte pérdidas territoriales.
La encuesta, realizada a principios de diciembre en Francia, Alemania, Italia, España, Suecia, Dinamarca y el Reino Unido, fue publicada por The Guardian el pasado jueves. En Suecia, Dinamarca y el Reino Unido, el 50%, 40% y 36% de los encuestados, respectivamente, afirmaron que favorecerían el apoyo a Ucrania “hasta que Rusia se retire, incluso si esto significa que la guerra dura más”, lo que representa una disminución de alrededor del 10% en los tres países desde febrero. Por otro lado, el 24%, 34% y 32% de los encuestados, respectivamente, dijeron que “animarían a un final negociado de la lucha, incluso si Rusia aún controla algunas partes de Ucrania”, cifras que han aumentado en la misma proporción.
Un cambio en la opinión pública europea
En Alemania, España, Francia e Italia, el apoyo a una victoria ucraniana ha disminuido significativamente, y las conversaciones de paz son el resultado más favorecido en los cuatro países. Solo el 28% de los alemanes desea que Ucrania siga luchando, mientras que el 45% apoya un acuerdo negociado. Menos de una cuarta parte de los encuestados en España, Francia e Italia quiere prolongar el conflicto. La diferencia en la opinión pública es más notable en Italia, donde el 55% de los encuestados apoya las conversaciones de paz y solo el 15% desea continuar armando a Kiev.
Los gobiernos de Francia y Alemania han sufrido cambios significativos entre febrero y diciembre, mientras que el ex primer ministro británico, Rishi Sunak, fue destituido en una derrota aplastante para su Partido Conservador en julio. A pesar de los informes que sugieren que Volodímir Zelenski desea poner fin al conflicto este año, el líder ucraniano ha rechazado públicamente las llamadas a negociar, insistiendo en lo que denomina una “paz justa”. Sus condiciones para esta paz incluyen el retorno de cuatro regiones ucranianas que se unieron a Rusia en 2022 y una invitación para unirse a la OTAN, condiciones que Moscú considera inaceptables.
Rusia sostiene que cualquier acuerdo debe comenzar con Ucrania cesando las operaciones militares y reconociendo la “realidad territorial” de que nunca recuperará el control de las regiones rusas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporozhie, así como de Crimea. Además, el Kremlin insiste en que los objetivos de su operación militar, que incluyen la neutralidad ucraniana, la desmilitarización y la desnazificación, serán alcanzados.
El presidente electo de EE. UU., Donald Trump, ha prometido en repetidas ocasiones que pondrá fin al conflicto en “24 horas” tras asumir el cargo, sin explicar cómo planea lograrlo. Sin embargo, ha manifestado su intención de hablar tanto con Zelenski como con el presidente ruso, Vladimir Putin, y ha insinuado que Ucrania debería prepararse para una reducción en la ayuda militar estadounidense. Trump también ha sugerido que Kiev debería abandonar sus reclamaciones territoriales, afirmando que “no queda un solo edificio en buen estado” en algunas de las ciudades devastadas por la guerra bajo control ruso.
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergey Lavrov, declaró el miércoles que Moscú está abierto a cualquier acuerdo que respete los intereses nacionales de Rusia y los “intereses legítimos de otros países”. Sin embargo, añadió que no ha visto “propuestas serias y concretas” por parte de Occidente.