El desastroso año 2024 para la Amazonía: incendios, sequías y deforestación
El año 2024 ha sido devastador para la selva amazónica, con incendios forestales descontrolados y una sequía extrema que han arrasado grandes porciones de este bioma, vital para contrarrestar el cambio climático. Un clima en calentamiento ha alimentado la sequía, que a su vez ha provocado el peor año de incendios desde 2005. Estos incendios han contribuido a la deforestación, y se sospecha que algunos fueron provocados intencionadamente para facilitar la expansión de tierras destinadas a la ganadería.
La Amazonía, que se extiende por ocho países y un territorio, es el hogar de una biodiversidad extraordinaria y almacena enormes cantidades de dióxido de carbono que, de no ser por ella, contribuirían al calentamiento global. Sin embargo, los gobiernos han tratado históricamente esta área como un recurso a explotar, sin atender a la sostenibilidad ni a los derechos de sus pueblos indígenas. Expertos advierten que la explotación por parte de individuos y organizaciones criminales está en aumento a niveles alarmantes.
A pesar de esta situación sombría, se han registrado algunos avances. La pérdida de bosque en la Amazonía brasileña y colombiana ha disminuido, y durante la última conferencia de la ONU sobre biodiversidad, se acordó otorgar una mayor participación a los pueblos indígenas en las decisiones sobre conservación de la naturaleza. Expertos afirman que, si se quiere evitar un punto de no retorno en la destrucción de la Amazonía, la participación activa de las comunidades indígenas será fundamental.