En el extremo noroeste de las Islas Hawái se encuentra Kuaihelani, conocido también como el Atolón Midway, un pequeño conjunto de islas que alberga la mayor colonia de albatros del mundo. Cada año, más de un millón de albatros regresan a Kuaihelani para reproducirse. Aunque estas islas parecen prístinas y seguras, un depredador acecha entre las aves marinas.
Los ratones domésticos (Mus musculus), los mismos que pueden habitar en nuestros hogares, han comenzado a atacar y matar a los albatros, devorándolos vivos mientras están en sus nidos. Este fenómeno ha sido objeto de estudio de un grupo de ecologistas que buscan resolver el misterio detrás de estos ataques mortales.
Un depredador inesperado
Históricamente, Kuaihelani fue un sitio de intensa actividad militar durante la Segunda Guerra Mundial, pero ahora es un refugio nacional de vida silvestre. Sin depredadores como gatos, ratas o mangostas, este atolón se ha convertido en un refugio seguro para millones de aves migratorias y reproductoras, incluyendo albatros de Laysan. Estas aves marinas, de un tamaño similar al de un ganso, anidan en el mismo lugar casi cada año y ponen un solo huevo anualmente.
Durante la temporada de anidación de 2015, voluntarios y biólogos comenzaron a observar heridas sanguinolentas en los albatros en sus nidos. Inicialmente, solo se encontraron algunos albatros con estas lesiones misteriosas, que incluían mordeduras severas en el cuello e incluso desollado. A medida que pasaron las semanas, el número de albatros heridos aumentó de unos pocos a cientos.
Los biólogos se mostraron desconcertados. Se cuestionaron si una rata negra había escapado de un barco o si un halcón peregrino había llegado con la última tormenta invernal. Para identificar al culpable, se instalaron cámaras trampa alrededor de los nidos de albatros.
Las cámaras capturaron imágenes nocturnas sorprendentes de ratones que se arrastraban y mordían la espalda y la cabeza de los albatros. Era la primera vez que se observaba a un ratón doméstico atacando a un albatros adulto en su nido.
Los albatros, al igual que muchas aves marinas, han evolucionado sin depredadores en islas remotas. Como resultado, estas aves suelen ser curiosas y poco temerosas, lo que se traduce en un fenómeno conocido como «naïveté insular». Esta característica, aunque encantadora, puede resultar desastrosa cuando se introducen depredadores no nativos, como ratas y gatos. Sin la cautela innata que se espera, incluso las aves más grandes pueden convertirse en presas indefensas de depredadores tan pequeños como un ratón.
La situación se complicó aún más cuando se descubrió que los ratones en Kuaihelani habían desarrollado un gusto por la carne. Durante la Segunda Guerra Mundial, tanto las ratas como los ratones fueron introducidos accidentalmente en las islas. Mientras que las ratas fueron erradicadas en 1996, los ratones permanecieron y, a pesar de ser considerados inofensivos, comenzaron a representar una amenaza para los albatros en 2015.
Aunque no se sabe con certeza por qué los ratones comenzaron a atacar a los albatros, se sospecha que el cambio climático ha alterado el ecosistema de Kuaihelani. Las condiciones climáticas erráticas han llevado a períodos de sequía prolongados y fuertes lluvias, lo que ha provocado la escasez de los alimentos habituales de los ratones, como semillas e insectos. Ante esta falta de recursos, los ratones han comenzado a buscar fuentes de alimento alternativas, como los cadáveres de aves marinas, lo que ha llevado a un cambio en su comportamiento alimenticio.
A medida que los ataques de los ratones a los albatros se intensificaron, se hizo evidente que era necesario tomar medidas. La solución consistía en erradicar a los ratones, un proceso que resulta complicado y riesgoso. Los esfuerzos para deshacerse de ellos requieren una planificación cuidadosa y un conocimiento preciso de su dieta y hábitos alimenticios.
Los intentos de erradicación se llevaron a cabo en julio de 2023, pero la operación fue declarada fallida en septiembre del mismo año. Algunos expertos en conservación creen que debería intentarse de nuevo, mientras que otros temen que la exposición repetida a venenos pueda resultar en ratones resistentes, lo que complicaría futuros intentos de erradicación.
Por el momento, la prioridad sigue siendo la supervivencia de los albatros en Kuaihelani, aunque la investigación en curso podría ofrecer información valiosa para abordar el creciente problema de los ratones resistentes en todo el mundo.
