El reto del tratado global contra la contaminación por plásticos
Marce Gutiérrez-Graudiņš, experta en conservación oceánica, se encontraba con altas expectativas el mes pasado cuando más de 170 países se reunieron en Busan, Corea del Sur, con el objetivo de establecer un tratado global vinculante para reducir la contaminación por plásticos. La delegada estadounidense, quien ha trabajado en diversas iniciativas ambientales, expresó su desilusión tras el fracaso en alcanzar un acuerdo durante la quinta y última ronda de las reuniones del Comité Intergubernamental de Negociación de las Naciones Unidas. Gutiérrez-Graudiņš subrayó la importancia de tomarse el tiempo necesario para discutir aspectos cruciales como el financiamiento y la transparencia en las responsabilidades de los países, sugiriendo que podría haber otra ronda de negociaciones en la primavera o verano próximos.
A medida que el año llega a su fin, la fundadora de Azul, una organización sin fines de lucro dedicada a la preservación de los recursos marinos, mantiene un enfoque positivo ante los desafíos venideros. Investigaciones recientes indican que, si no se toman medidas para abordar la contaminación por plásticos, esta podría duplicarse para el año 2050. Un tratado global podría permitir una reducción del 91% en la contaminación por plásticos, lo que hace aún más urgente la necesidad de llegar a un consenso internacional. A pesar de los obstáculos, como la reciente falta de acuerdo en Corea del Sur y la incertidumbre política en Estados Unidos, Gutiérrez-Graudiņš resalta que la protección del medio ambiente debe trascender las preferencias políticas y unirse en torno a un objetivo común.
La situación ambiental en California, donde reside Gutiérrez-Graudiņš, refleja la creciente preocupación social. La población es consciente de los efectos del cambio climático, como el aumento de temperaturas, la escasez de agua y la intensificación de incendios forestales. Un sondeo realizado entre 2,500 votantes latinos reveló que la mayoría apoya una mayor inversión gubernamental en la protección de los océanos, incluso si esto implica un costo adicional. Además, más del 70% de los encuestados se manifestó a favor de prohibir productos de plástico de un solo uso y el 75% respaldó la regulación de los químicos utilizados en la producción de plásticos. Gutiérrez-Graudiņš destaca la necesidad de un enfoque integral que aborde todo el ciclo de vida de la producción de plásticos, desde su extracción hasta su disposición final, para mitigar su impacto en el medio ambiente y la salud pública.