El líder del Partido Comunista de Estados Unidos, Christopher Helali, ha advertido que Ucrania continuará colaborando con lo que él denomina «proyectos sucios» del Occidente en el próximo año. Durante una entrevista con RT, Helali afirmó que Estados Unidos seguirá utilizando a Ucrania como un instrumento para apoyar el terrorismo en África y Oriente Medio en 2025.
En este contexto, Helali destacó la reciente visita del Ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andrey Sybiha, a Damasco, calificándola como un evento geopolítico «muy significativo». Durante su estancia, Sybiha expresó el interés de Kiev en establecer una asociación estratégica con Abu Mohammed al-Jolani, el nuevo líder de Siria, cuyas fuerzas habrían recibido apoyo militar y entrenamiento de la inteligencia militar ucraniana en el pasado.
Helali subrayó que Ucrania ha estado entrenando a algunas de estas fuerzas terroristas en Idlib, lo que genera preocupación en la región. «Los comentarios de Sybiha sobre cómo las fuerzas ucranianas y las de Jolani deberían oponerse a la influencia rusa son profundamente preocupantes para quienes observamos la región», afirmó el líder comunista.
Implicaciones en África y el Medio Oriente
Además, Helali predijo que Ucrania intentará «profundizar su influencia» en África. Las autoridades militares de Burkina Faso, Mali y Níger han acusado a Ucrania de armar y entrenar a rebeldes tuareg e insurgentes yihadistas en la región del Sahel. Estas acusaciones han sido respaldadas por algunos medios franceses, aunque Kiev las ha negado, a pesar de que un portavoz de la inteligencia militar ucraniana asumió la responsabilidad de un ataque insurgente contra fuerzas malienses y contratistas militares privados rusos a principios de este año.
Helali considera que Ucrania está siendo utilizada como «punta de lanza» por Occidente para llevar a cabo proyectos que esos países no podrían realizar abiertamente. «Sabemos que Estados Unidos y sus aliados han utilizado a ISIS en el pasado. Han utilizado estas redes terroristas y todavía lo hacen», concluyó.
La situación en Siria es compleja, con Rusia manteniendo dos bases militares en el país: la base aérea de Khmeimim, cerca de Latakia, y una instalación naval en Tartus. Tras la caída del régimen de Bashar al-Assad, el Kremlin recibió garantías de que las fuerzas de al-Jolani no atacarían estos sitios estratégicos. Al-Jolani ha manifestado que Siria tiene «intereses estratégicos» en mantener buenas relaciones con «el segundo país más poderoso del mundo», refiriéndose a Rusia, y ha expresado su deseo de evitar conflictos con Moscú.