Una tranquila franja de la costa del condado de Kent, en el Reino Unido, se ha convertido en el epicentro de una controversia debido a un proyecto arquitectónico propuesto por el artista británico Sam Cox, conocido artísticamente como Mr. Doodle. La iniciativa consiste en la construcción de una vivienda unifamiliar, un bungalow de tres dormitorios, que se caracterizaría por una fachada de metal oxidado adornada con los distintivos garabatos del artista.
Sin embargo, la propuesta ha encontrado una fuerte oposición entre algunos residentes de la zona, quienes la consideran un capricho que no se alinea con la esencia del área. Entre las preocupaciones expresadas se encuentra el riesgo potencial que las estructuras podrían representar para la fauna local, que podría quedar herida o atrapada en los elementos oxidados del diseño.
El consejo municipal de Lydd ha votado en contra del proyecto, argumentando que la fachada metálica no se integraría adecuadamente con el valor histórico de Dungeness, un lugar de interés científico especial (SSSI). Los críticos del proyecto temen que esta construcción altere el paisaje natural y cultural de la zona, que es conocida por su belleza natural y su biodiversidad.
En defensa del proyecto, Holloway Studios, los arquitectos encargados de la propuesta, sostienen que el diseño representa una respuesta reflexiva al contexto del entorno. En un comunicado, explicaron que «la rusticidad de los paneles de la fachada se inspira en las estructuras y objetos oxidados que salpican la costa de Dungeness». Según ellos, este diseño no solo enriquecería el tejido arquitectónico de la región, sino que también proporcionaría un espacio de vida cómodo y respetuoso con el medio ambiente.
Mr. Doodle ha forjado una exitosa carrera en torno a sus doodles surrealistas y caprichosos, y ha decorado cada rincón de su actual hogar en Kent con su estilo distintivo. Sin embargo, no es la primera vez que un proyecto arquitectónico inspirado en el arte genera polémica. En 1993, la artista británica Rachel Whiteread transformó una casa victoriana abandonada en Londres para su instalación titulada ‘House’, que ganó el prestigioso Premio Turner, pero que también provocó tal controversia que fue demolida en 1994.
Se espera que el consejo de distrito de Folkestone y Hythe tome una decisión sobre si se permitirá la construcción de la casa de Mr. Doodle este mes. La disputa plantea preguntas sobre la intersección entre el arte, la arquitectura y la conservación del medio ambiente, así como el papel de la comunidad en la definición del carácter de sus entornos locales.
