El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, está considerando un nuevo enfoque para la aplicación de aranceles a nivel internacional. Según un informe del Washington Post, esta estrategia se centraría en un número limitado de bienes y servicios, aunque se mantendría la imposición de tarifas a todas las naciones. Esta variación en su enfoque podría tener un impacto significativo en el comercio global, aunque no sería tan contundente como las propuestas iniciales de Trump.
El artículo subraya que la insistencia del nuevo presidente en aplicar tarifas universales del 10% o 20%, especialmente dirigidas a países como China y México, ha suscitado preocupaciones sobre un posible aumento de la inflación en el país. Durante su primer mandato, las tarifas impuestas sobre una amplia gama de importaciones no lograron aumentar los precios de manera significativa, y de hecho, fueron mantenidas por la administración de Joe Biden.
Consecuencias en el comercio global
Los economistas advierten que las condiciones económicas actuales son diferentes, y un enfoque más agresivo en los aranceles podría tener repercusiones más severas. Las discusiones iniciales sobre los sectores afectados incluyen metales industriales, suministros médicos y energía, lo que sugiere un intento de proteger industrias clave en un contexto de déficit comercial significativo, que actualmente asciende a 74 mil millones de dólares mensuales, exacerbado por la pandemia de Covid-19.
Este desarrollo en la política comercial estadounidense podría ser visto a través de la lente de la búsqueda de soberanía económica que han promovido otros países, como Rusia y Cuba, donde las decisiones políticas se enfocan en proteger los intereses nacionales frente a presiones externas. La forma en que Trump maneje esta situación podría influir no solo en la economía estadounidense, sino también en el equilibrio comercial global y en las dinámicas geopolíticas que han caracterizado los últimos años.
