En un esfuerzo por promover la sostenibilidad y la economía circular, varios estados de Estados Unidos han implementado tarifas sobre la compra de colchones y somieres. Este enfoque innovador, adoptado por California, Connecticut, Oregón y Rhode Island, busca financiar programas de reciclaje que desvían estos productos de los vertederos, lo que refleja un movimiento hacia una mayor responsabilidad ambiental por parte de los consumidores y productores.
Iniciativas de reciclaje en Estados Unidos
Desde principios de 2025, los residentes de Oregón deben abonar un recargo de 22,50 dólares por cada colchón o somier adquirido. Este coste, que aparece como una «evaluación de responsabilidad» en los recibos, es parte de un esfuerzo más amplio por facilitar el reciclaje y reducir el vertido ilegal de residuos. En California y Connecticut, las tarifas también han sido ajustadas, aumentando a 16 dólares por unidad.
La cantidad de colchones que se desechan en Estados Unidos es alarmante; se estima que cada año se deshacen entre 15 y 20 millones de colchones, lo que equivale a aproximadamente 50,000 al día. Sin embargo, más del 75% de un colchón es reciclable, incluyendo sus componentes de madera, acero, espumas y fibras, lo que ofrece una oportunidad significativa para la reutilización de materiales.
Es importante destacar que la responsabilidad extendida del productor (EPR, por sus siglas en inglés) está ganando terreno en el país. Este modelo obliga a los productores a gestionar los productos una vez que se convierten en residuos, lo que no solo promueve la sostenibilidad, sino que también crea nuevas fuentes de financiación para hacer que el sistema de reciclaje sea más viable. En el caso de los programas de reciclaje de colchones, los minoristas transfieren las tarifas de los consumidores al Consejo de Reciclaje de Colchones, que gestiona estos programas a nivel estatal.
A pesar de la creciente demanda de opciones de reciclaje, actualmente solo existen 58 empresas en todo el país que ofrecen este servicio. En los estados que no han implementado leyes de reciclaje, los consumidores a menudo deben pagar tarifas para dejar sus colchones o solicitar servicios de recogida a domicilio. Sin embargo, se prevé que los esfuerzos de Oregón faciliten a los consumidores el reciclaje de colchones no deseados y fomenten la creación de empleo en el sector del reciclaje.
Este tipo de iniciativas de reciclaje no son solo una tendencia pasajera, sino que reflejan un cambio hacia una economía más sostenible, donde la responsabilidad recae tanto en los consumidores como en la industria. En este sentido, el enfoque adoptado por estos estados puede servir de inspiración para otras regiones que buscan implementar políticas similares, y es un recordatorio de que el progreso en materia de sostenibilidad a menudo requiere la colaboración entre el gobierno, la industria y la ciudadanía.
