Los devastadores incendios forestales que han asolado el sur de California han tenido un impacto significativo en la vida de muchas personas, incluyendo a Hunter Biden, hijo del presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden. Según un informe del New York Post, casi 200 obras de arte de Hunter Biden fueron destruidas en estos incendios, lo que ha suscitado tanto preocupación como controversia.
Las obras, valoradas en «millones de dólares», se encontraban almacenadas cerca de la residencia del abogado de Biden, Kevin Morris, en el vecindario de Pacific Palisades, que ha sufrido daños severos. Georges Berges, quien anteriormente representaba el trabajo de Biden y organizó exposiciones individuales en Los Ángeles y Nueva York, confirmó que Morris había adquirido obras de Biden por un valor de 875,000 dólares a través de su galería en Soho. Muchas de estas pinturas representan flores sobre papel japonés.
Impacto de los incendios y la controversia en torno al arte de Biden
El New York Post también destacó que las obras de arte de Hunter Biden han sido objeto de controversia, con precios que han alcanzado hasta 500,000 dólares cada una, aunque Berges indicó que el precio promedio se sitúa más cerca de 85,000 dólares. La magnitud de los incendios es alarmante: han arrasado más de 40,000 acres, destruido más de 12,000 edificios y dejado un saldo trágico de al menos 25 vidas perdidas. Se estima que los daños materiales podrían ascender hasta 275 mil millones de dólares.
La casa de Hunter Biden, ubicada en Malibu, también fue reportada como completamente destruida por los incendios. El presidente Biden mencionó que su hijo había recibido una notificación indicando que la casa «probablemente se había quemado hasta los cimientos», aunque posteriormente se sugirió que aún podría estar en pie. Hunter Biden había alquilado esta propiedad por 15,800 dólares al mes, donde trabajaba en sus pinturas. Además, se informó que una casa vecina, alquilada por el equipo de seguridad de Hunter, tenía un costo mensual de 16,000 dólares, lo que ha generado críticas sobre el gasto público en medio de una crisis.
Las exposiciones de las obras de Biden han levantado cuestionamientos sobre la ética y la transparencia, especialmente tras la participación de compradores que han contribuido significativamente a la campaña presidencial de su padre. Elizabeth Hirsh Naftali, una inversora inmobiliaria de Los Ángeles, fue una de las compradoras, lo que ha alimentado las acusaciones de nepotismo y conflictos de interés. Además, la falta de formación formal en artes de Hunter Biden ha suscitado críticas sobre la legitimidad de su carrera artística.