SpaceX está preparado para llevar a cabo el séptimo vuelo de prueba de su cohete Starship este jueves, un paso significativo en el desarrollo de este vehículo monumental. Este lanzamiento, que se llevará a cabo desde su instalación privada «Starbase» cerca de Brownsville, Texas, tiene una ventana de lanzamiento que se extiende desde las 5 p.m. hasta las 6 p.m. ET. Si por razones meteorológicas o técnicas no se puede realizar el lanzamiento en este intervalo, la empresa pospondrá la prueba para una fecha posterior.
En esta ocasión, el vuelo de Starship no contará con personas a bordo. Sin embargo, la empresa de Elon Musk transportará 10 «simuladores de Starlink» en la bodega de carga del cohete, con el objetivo de probar cómo se despliegan estos objetos similares a satélites una vez en el espacio. Este es un test clave, ya que SpaceX necesita que Starship cumpla con su misión de desplegar su nueva generación de satélites Starlink, que serán significativamente más grandes y pesados.
Aunque SpaceX no ha especificado la composición de los simuladores de Starlink, es común que se utilicen simuladores de masa en el desarrollo de vehículos cohete, y a menudo se confeccionan con materiales sencillos como metal o concreto, que pesan aproximadamente lo mismo que el objeto que simulan. Dado que el cohete no alcanzará la órbita, se espera que los simuladores sigan una trayectoria similar a la del cohete y estén diseñados para desintegrarse durante la reentrada.
Detalles del Vuelo y Capacidades del Starship
Si el lanzamiento se lleva a cabo según lo previsto, Starship alcanzará el espacio y viajará a medio camino alrededor de la Tierra antes de reentrar en la atmósfera y aterrizar en el Océano Índico aproximadamente una hora después del despegue. Además, el «refuerzo Super Heavy» del cohete regresará tras separarse de Starship y aterrizará sobre los brazos de la torre de lanzamiento de la compañía, un logro que SpaceX ya logró en su quinto vuelo, pero que no pudo repetir en el sexto.
Como en cada vuelo anterior, SpaceX tiene como objetivo avanzar en el desarrollo del cohete mediante la evaluación de sus capacidades adicionales, incluyendo pruebas de los azulejos del escudo térmico y la trayectoria de su intensa reentrada. Starship es fundamental para los planes de la compañía, que ya cuenta con una valoración de 350 mil millones de dólares y una posición dominante en la industria espacial.
Starship es el cohete más alto y potente que se ha lanzado hasta la fecha. Completamente apilado sobre el refuerzo Super Heavy, Starship alcanza una altura de 403 pies y tiene aproximadamente 30 pies de diámetro. SpaceX ha realizado seis pruebas de vuelo del sistema completo de Starship desde abril de 2023, aumentando progresivamente la frecuencia de los lanzamientos.
El refuerzo Super Heavy, que mide 232 pies de altura, es el encargado de iniciar el viaje del cohete hacia el espacio. En su base se encuentran 33 motores Raptor, que juntos producen 16,7 millones de libras de empuje, aproximadamente el doble de las 8,8 millones de libras de empuje del cohete Space Launch System de la NASA, que realizó su primer lanzamiento en 2022.
Starship, por su parte, mide 171 pies de altura y cuenta con seis motores Raptor, tres de los cuales se utilizan mientras está en la atmósfera terrestre y otros tres para operar en el vacío del espacio. El cohete funciona con oxígeno líquido y metano líquido, requiriendo más de 10 millones de libras de propulsor para su lanzamiento.
El Starship que volará en este lanzamiento, denominado Ship 33, representa una segunda generación del vehículo, conocida como «Bloque 2». SpaceX ha señalado que las «mejoras significativas» de este vehículo incluyen cambios en las aletas de la nariz, rediseños en su sistema de propulsión para aumentar el rendimiento, una computadora de vuelo mejorada, 30 cámaras colocadas en todo el vehículo para el monitoreo del cohete y un escudo térmico reforzado.
Asimismo, el refuerzo para este intento de vuelo cuenta con un motor Raptor reutilizado, que se utilizó en un vuelo anterior. El sistema Starship está diseñado para ser completamente reutilizable y aspira a convertirse en un nuevo método para transportar carga y personas más allá de la Tierra. Este cohete también es fundamental para los planes de la NASA de devolver a los astronautas a la luna, ya que SpaceX ganó un contrato multimillonario de la agencia para utilizar Starship como módulo lunar tripulado en el programa Artemis de la NASA.