La administración de Biden ha anunciado recientemente la inclusión de 15 medicamentos en un proceso de negociación de precios que busca hacer más asequibles los tratamientos para los beneficiarios de Medicare, el programa de salud destinado a personas mayores en Estados Unidos. Este movimiento, enmarcado dentro de la Ley de Reducción de la Inflación, marca un hito histórico al permitir que Medicare negocie directamente los precios de los fármacos, una práctica que ha sido objeto de debate durante años.
Entre los medicamentos seleccionados se encuentran Ozempic, Wegovy y Rybelsus, todos fabricados por Novo Nordisk. Estos tratamientos, que comparten el mismo ingrediente activo, semaglutida, han cobrado protagonismo en el creciente mercado de la obesidad, aunque su acceso ha estado restringido por los altos costos y limitaciones de cobertura por parte de los seguros. La lista completa de medicamentos también incluye tratamientos para enfermedades como el cáncer, la diabetes y enfermedades respiratorias, reflejando una diversidad de necesidades médicas de la población anciana.
Impacto en el sistema de salud
El impacto de esta medida es significativo, ya que aproximadamente 5.3 millones de personas con cobertura de Medicare Part D han utilizado estos fármacos, que representan un 14% del total de los costos de medicamentos recetados del programa durante el periodo considerado. La administración espera que esta negociación genere ahorros de alrededor de 1.5 mil millones de dólares en costos de bolsillo para los beneficiarios en 2026.
A pesar de la intención de la administración de Biden de reducir los precios y facilitar el acceso a tratamientos esenciales, la iniciativa ha encontrado resistencia por parte de la industria farmacéutica. Grupos como PhRMA han expresado su preocupación, argumentando que estas negociaciones pueden amenazar la innovación y el crecimiento de la industria, lo que podría perjudicar a millones de estadounidenses que dependen de tratamientos innovadores. Sin embargo, es importante considerar el contexto en el que se desarrolla esta discusión, donde la accesibilidad y el costo de los medicamentos son cuestiones críticas para una gran parte de la población.
En resumen, la inclusión de estos medicamentos en el programa de negociaciones de precios es un paso que promete abordar las preocupaciones sobre el alto costo de los tratamientos en un contexto de creciente presión sobre los sistemas de salud. A medida que avanza este proceso, será crucial observar cómo se desarrollan las negociaciones y qué repercusiones tendrá en la disponibilidad de medicamentos para los beneficiarios de Medicare.
