Un ciudadano afgano ha sido detenido tras un ataque con cuchillo que dejó dos muertos y varios heridos en un grupo de jardín de infancia en Baviera, Alemania. El suceso, ocurrido en un parque público de la localidad de Aschaffenburg, ha sido calificado por el canciller Olaf Scholz como un “acto de terror increíble”.
La agresión se produjo el miércoles, cuando el sospechoso, un afgano de 28 años que había solicitado asilo sin éxito, atacó a un grupo de niños de dos años que se encontraban en una guardería. Según el ministro del Interior de Baviera, Joachim Herrmann, el ataque resultó en la muerte de un niño de “origen marroquí” y de un transeúnte de 41 años, quien, al parecer, intentó intervenir valientemente para proteger a los menores y fue fatalmente herido por el agresor.
Además de las víctimas mortales, tres personas más resultaron heridas en el ataque. Entre ellas, un adulto con múltiples heridas de cuchillo, un niño sirio de dos años con una herida leve en el cuello y una profesora de la guardería que sufrió una fractura en el brazo mientras intentaba escapar del atacante.
Las autoridades locales informaron que el sospechoso fue detenido poco después del incidente “en las inmediaciones de la escena del crimen”. En su declaración, el canciller Scholz expresó su indignación ante la repetición de actos de violencia en el país, señalando que “estoy cansado de ver tales actos de violencia en nuestro país cada pocas semanas, perpetrados por individuos que han venido aquí en busca de protección”. Scholz añadió que “una noción falsa de tolerancia es completamente inapropiada en este contexto”.
Antecedentes del agresor
Hasta el momento, las autoridades no han especificado los motivos del ataque, aunque Herrmann sugirió que la información preliminar apunta “muy fuertemente hacia su evidente enfermedad mental”, sin que se haya encontrado “una actitud islamista radical”. El sospechoso había ingresado en Alemania en 2022, solicitando asilo sin éxito. Según el ministro, el hombre había acordado abandonar voluntariamente el país y se esperaba que lo hiciera a finales del año pasado.
Los informes de los medios alemanes indican que el agresor era conocido por las autoridades debido a al menos tres incidentes violentos anteriores y había recibido tratamiento obligatorio por sus problemas mentales. Este trágico suceso ha reavivado el debate sobre la seguridad y la gestión de los solicitantes de asilo en Alemania, un país que ha enfrentado críticas por su política de inmigración y la integración de personas con antecedentes problemáticos.
