El director ejecutivo de BlackRock, Larry Fink, ha afirmado que existe un creciente impulso hacia la adopción institucional de las criptomonedas, en particular del Bitcoin. Según Fink, si los inversores institucionales asignaran entre el 2% y el 5% de sus carteras a esta criptomoneda, su valor podría alcanzar cifras asombrosas, estimadas entre 500,000 y 700,000 dólares por unidad.
En los últimos meses, Bitcoin ha experimentado un notable aumento en su valor. En diciembre de 2024, su precio se disparó un 121%, alcanzando un máximo de 108,135 dólares. Este ascenso se vio acompañado por la reciente inauguración del presidente de EE. UU., Donald Trump, quien ha expresado su intención de convertir al país en la «capital mundial de las criptomonedas» y establecer una reserva nacional de Bitcoin. Este contexto político ha contribuido a la creciente atención hacia el activo digital.
Fink, quien anteriormente había mostrado escepticismo hacia las criptomonedas, ahora se presenta como un firme defensor del Bitcoin, describiéndolo como un instrumento financiero que puede servir como cobertura frente a la devaluación de las monedas locales y la inestabilidad económica o política. Durante un panel en el Foro Económico Mundial en Davos, comentó: “Si temes la devaluación de tu moneda o la estabilidad de tu país, puedes tener un instrumento internacional como el Bitcoin que supere esos temores locales”.
Adopción institucional y su impacto en el mercado
El ejecutivo de BlackRock destacó que ha habido conversaciones en fondos soberanos sobre la posibilidad de asignar un 2% o un 5% a Bitcoin en sus carteras. Si esta tendencia se generaliza, el precio del Bitcoin podría alcanzar niveles sin precedentes. Fink enfatizó que no está promoviendo el token, sino que simplemente está señalando el potencial que tiene en el contexto actual.
BlackRock, la mayor firma de gestión de activos del mundo, lanzó el año pasado fondos cotizados en bolsa (ETFs) que invierten directamente en Bitcoin y Ethereum, lo que marca un paso significativo hacia la legitimación de las criptomonedas en los mercados financieros tradicionales. Sin embargo, es importante recordar que, a pesar de su creciente popularidad, Bitcoin sigue siendo un activo altamente volátil, cuyas fluctuaciones de precio son influenciadas por la oferta, la demanda del mercado, la disponibilidad de criptomonedas competidoras y el sentimiento de los inversores.
A pesar de su uso creciente para la compra de bienes y servicios, la falta de una regulación internacional uniforme sobre Bitcoin genera inquietudes entre los gobiernos, que han advertido sobre los riesgos asociados a la inversión en activos tan volátiles. En 2021, El Salvador se convirtió en el primer país en adoptar Bitcoin como moneda oficial, un movimiento que ha suscitado tanto elogios como críticas en el ámbito internacional.
Por otro lado, un artículo de opinión publicado por la analista financiera Susie Violet Ward en Forbes, advierte que la institucionalización de Bitcoin podría comprometer su esencia original como “dinero de la libertad”, sugiriendo que la regulación y el control económico podrían erosionar la descentralización que caracteriza a esta criptomoneda.
